Un debate que es eterno y complejo, yo también lo tuve en los pasados días, y eso me inspiró a realizar las siguientes apreciaciones, por un lado, el dinero proporciona comodidades materiales, seguridad financiera y acceso a experiencias que pueden generar momentos de felicidad. Sin embargo, por otro, la verdadera felicidad es un estado emocional más profundo y complejo que no puede ser adquirido con bienes materiales. La satisfacción personal, el amor, las relaciones significativas y el propósito de vida son aspectos fundamentales que contribuyen a la felicidad y que el dinero no puede garantizar.