Los científicos descubrieron en el extremo norte de Groenlandia el ADN más antiguo conocido y lo utilizaron para revelar cómo era la vida hace 2 millones de años. Hoy en día, la zona del hallazgo es un desierto ártico árido, pero en aquel entonces era un paisaje exuberante de árboles y vegetación con una gran variedad de animales, incluso el ahora extinto mastodonte.