Las restricciones de inversión que tienen las administradoras de fondos de pensiones y las regulaciones en materia de créditos para las entidades financieras generan directa e indirectamente una baja rentabilidad de los aportes que realiza la población para su jubilación, y, por lo tanto, también una disminuida renta para quienes se retiran, advirtió en un informe la Fundación Milenio.