Lagarpampa logra su gran sueño y ya es área natural
A 1.800 metros sobre el nivel del mar, en el valle seco interandino de Cochabamba, Lagarpampa es la primera comunidad de esta zona tan privilegiada que ha logrado ser declarada Área Natural de Manejo Integrado Municipal por Aiquile, con lo que se ratifica legalmente que los más de mil pobladores se conviertan en celosos centinelas de su inmensa biodiversidad en plantas y animales.
Lagarpampa es un privilegio para nuestros sentidos. En el bosque se luce el verde en todas sus tonalidades y da la impresión de que nuestra mirada no podrá penetrar aquel manto que se tiende a nuestros pies cuando empezamos el descenso desde la parte más alta hasta la hoyada donde está el valle.
El fuerte calor nos provoca un sopor que confabula con el lugar y un suave olor indefinible se siente en el pueblo. El canto de las aves se oye menos agudo al mediodía, pero bien temprano y al atardecer más alto, que es cuando la paraba frente roja (Ara rubrogenys) o q’aga loro, loro burro y loro camba como la conocen en la zona, una especie única en el mundo que habita en la zona, hace notar su presencia con estridentes cantos.
El Área Natural de Manejo Integrado Municipal de Lagarpampa, de 306 kilómetros cuadrados, fue creado a iniciativa de sus pobladores como un gran sueño que fue gestado en 2006, pero que fue materializado con el apoyo técnico del Centro de Biodiversidad y Genética de la Facultad de Ciencias y Tecnología de la Universidad Mayor de San Simón (UMSS), dirigido por el biólogo Milton Fernández, y bajo la luz del proyecto financiado por American Bird Conservancy de impulsar la creación de áreas protegidas para la conservación de la biodiversidad y de la paraba frente roja en los valles secos interandinos de Cochabamba. Este proceso fue conducido por la investigadora Jennifer Cahill y un grupo de biólogos conformado por América Zeballos, Eberth Rocha, Nelly De La Barra, Ángela Zelaya y el economista Juan Mario Lazcano.
El municipio de Aiquile dio luz verde a la solicitud de las comunidades de las subcentrales de Lagarpampa y Mollepampa y emitió el pasado 19 de diciembre dos ordenanzas municipales que declaran área protegida a esas zonas. La ceremonia fue realizada el sábado 19, después del mediodía, oportunidad en la que el secretario general de la Subcentral Lagarpampa, Cirilo Vallejos, así como dirigentes de otras cinco comunidades, y el delegado por las autonomías en Cochabamba, Marco Carrillo, recibieron la ordenanza municipal y un ejemplar del estudio elaborado por el equipo del Centro de Biodiversidad y Genética de la UMSS. Todos, tanto dirigentes comunales y concejales, como el director de Investigación Científica y Tecnológica, Eduardo Zambrana, y el decano de la Facultad de Ciencias y Tecnología, Julio Medina, coincidieron en sus intervenciones al resaltar la importancia de la creación del área municipal para conservar la biodiversidad de la zona, en la que hay un altísimo endemismo; es decir, tiene plantas y animales que únicamente existen en esa parte del mundo.
La decisión de los pobladores de proteger la zona se puso de manifiesto en septiembre de 2007 en un congreso interno de las subcentrales de Lagarpampa y Mollepampa, con sus seis sindicatos (Lagarpampa, Tunaspampa, La Seja, Chaupiloma, Duraznal y Mollepampa), cuando resolvieron conservar su biodiversidad y sus recursos naturales, lo que se tradujo en la prohibición de la tala de árboles verdes, la caza de animales silvestres, además de la autorización, a cualquier habitante de la subcentral, de decomisar armas de caza. Esa resolución fue ratificada el 15 de marzo de 2009 y fue a partir de esa decisión que la UMSS, por medio del Centro de Biodiversidad y Genética, apoyó a las subcentrales en su decisión de proteger la zona como área natural de manejo integrado municipal.
Según explica la bióloga Jennifer Cahill, encargada del proyecto que se impulsa en la zona, la particularidad del Área Natural de Manejo Integrado Municipal es que se debe compatibilizar la conservación de la diversidad biológica y el desarrollo sostenible de sus pobladores, en este caso de los más de tres mil que hay entre las dos subcentrales. “Es decir, promueve el manejo adecuado de los recursos naturales para el beneficio de la gente local, manteniendo el equilibrio con la naturaleza y sin interferir en las actividades tradicionales de la zona ni afectar el derecho propietario”, agrega.
Cahill señala que los objetos importantes de conservación dentro del Área Natural de Manejo Integrado de Lagarpampa son los paisajes característicos de los valles secos interandinos de Bolivia, la invalorable biodiversidad de la zona y la paraba frente roja, ave emblemática de la zona. “Todo ello es parte del rico patrimonio natural de Lagarpampa, en Aiquile, Cochabamba”, puntualiza.