Venezolanos buscan mejor vida en la ciudad , pero sueñan con volver
Pasaron exactamente 15 días desde que Mariluz dejó su hogar en Isla Margarita —Caribe venezolano— hasta llegar a Cochabamba, Bolivia. El viaje lo hizo acompañada de sus hijos, una niña de 10 años y un niño de 8. A la travesía se sumaron 12 de sus paisanos buscando, quizá, los mismos sueños que motivó a la mujer de 29 años a marcharse de su país. Algunos con temor, otros con esperanza, iniciaron el viaje.
El largo camino hasta sus destinos: Bolivia, Chile y Perú siguió bajo la confianza de que algo mejor les esperaría, lejos de la crisis de su país, al que no creyeron dejar algún día.
Empezar de cero
La ruta que siguió Mariluz junto a sus niños inició en María Elena, frontera de Venezuela con Brasil, tomó un bus que la llevó hasta Boa Vista (Brasil), de allí continuaron hasta Manaos. Luego, viajaron en barco durante cinco días hasta llegar a Guayamerín (Bolivia), después por tierra hasta Santa Cruz de la Sierra y luego llegaron a Cochabamba.
“Decidí venirme y eso que era de las venezolanas que decía que por más grave que se ponga la situación no me iría”, contó con algo de tristeza, mientras ofrecía las arepas que prepara a diario.
En Venezuela, en un momento dado, el dinero que invertía en los insumos para su negocio de empanadas superaba los ingresos de sus ventas. Sus hijos bajaron de peso. Los vales de alimentación no servían, porque no había donde cobrarlos. El sueldo mínimo bajó a 8 dólares y un kilo de carne podía costar hasta 3 dólares. Prácticamente, el costo de vida se volvió insostenible.
“Migrar”
Miguel, Hans y Héctor son venezolanos y llegaron a Bolivia por experiencias anteriores en el país. En su caso consiguieron contratos laborales con empresas internacionales y otras petrolíferas. Cuando su contrato culminó decidieron quedarse en Bolivia, aunque esto significó una serie de sacrificios.
“El ciudadano venezolano no estaba acostumbrado a migrar, no era una cosa cotidiana, dejar lo que tenían en su país y arrancar de cero en otro lugar era algo desconocido”, relató Miguel Ángel Morales, ingeniero geólogo que ejerce como consultor, anteriormente trabajó en ENDE Andina. El primer día en el campamento, le costó terminar la comida que le servían, la cantidad para él resultaba “fuera de serie”.
En tanto, Hans ejerce como consultor de empresas y Héctor trabaja en un restaurante aunque de profesión es ingeniero petrolero.
Los tres salieron de Venezuela gracias a los contratos que obtuvieron previamente, mientras sus familiares aún los aguardan en su país.
Para salir del país se requiere al menos 350 dólares en bus y 800 en avión. Por otro lado, no existen conexiones directas ni posibilidad de comprar pasajes desde la misma Venezuela, por tanto deben salir hacia otro país para dirigirse a Bolivia. “Un pasaje significa al menos 34 meses de trabajo, por tanto es imposible y sólo queda la salida por el envío de dinero de familiares o amigos del exterior”, expresó Héctor Díaz.
Aún así, miles logran salir de Venezuela y en el último semestre su presencia en Cochabamba es cada vez más notoria.
CRISIS EN VENEZUELA
Hiperinflación, pobreza, inseguridad
La crisis económica y política que abaten a Venezuela hace más de 10 años se intensificaron en marzo de 2017, cuando el Tribunal Supremo de Justicia asumió arbitrariamente las competencias de la Asamblea Legislativa Nacional, ocasionando la ruptura democrática y como consecuencia mayor recesión.
La hiperinflación que cada día aumenta y los altos niveles de inseguridad y desnutrición en niños afectan a la población. La situación dejó la mirada de los venezolanos hacia un futuro lejos de su tierra. En Bolivia en 2012, el Censo Nacional contabilizó a 596 venezolanos. Hoy se estima que superan los 2.000.
TESTIMONIOS
"Aquí es todo diferente: puedo decir que cada día mis hijos tienen un desayuno, almuerzo y cena. Ahora, ya les puedo comprar ropa, medicinas, cosas que allá no podía."
Mariluz Pacheco
Venezolana
"Podemos ser de distintas localidades, nos dedicamos a diferentes actividades, pero lo común es que la calidad de vida y las oportunidades se nos fueron limitando."
Miguel Ángel Morales
Venezolano
"El mundo entero no entendió aún la ayuda que necesita el pueblo de Venezuela, tenemos una Asamblea Constituyente que no es constitucional y que ha quebrado la democracia del país."
Hans Gutiérrez
Venezolano
OPINIÓN
“Bolivia atraviesa una nueva dinámica de migración”
JORGE MIGUEL VEIZAGA
Investigador Centro de Estudios de Población
Normalmente hemos sido un país de expulsión, históricamente esto es evidente, aunque los destinos han cambiado.
Esta nueva dinámica responde a que Bolivia, pese a ser un país con bajos niveles de desarrollo y de economía tuvo un pequeño auge en algún momento de mediados de la década pasada con el aumento de ingresos por la producción y exportación de hidrocarburos y materias primas. Desde ese momento, llegó una gran cantidad de migrantes sobre todo peruanos.
Ahora bien, en el caso de los venezolanos, está muy relacionado a programas de ayuda y de inversión social y pública que se establecieron entre los gobiernos de Chávez y de Morales en ese entonces, que seguían la misma línea política. Asimismo, las condiciones de la crisis económica y política en Venezuela generaron los movimientos migratorios.
Lamentablemente, en Bolivia no hemos cambiado la lógica de migración hace décadas y ésta se define como una herencia de una situación y momento histórico en el que existe una negativa de rechazo a los inmigrantes y nada favorecedora a su situación.
Por un momento, se pensó que a través de los “procesos de cambio”, la lógica de migración debió modificarse, pero no fue así y en general se mantiene esa postura.
El proceso de legalizar los papeles es prácticamente un peregrinaje para los extranjeros. Los requisitos son contradictorios y casi inalcanzables.
Regularizar papeles, un problema latente
Mariluz Pacheco todavía no regularizó sus papeles. “Al menos necesito como 5 mil bolivianos para los papeles, ya pasó 15 días desde que mi estadía de turista se venció y cada día que pasa debo pagar 27 bolivianos por cada uno de nosotros”, declaró.
La exigencia de múltiples requisitos que incluyen facturas de servicios básicos y contratos laborales para conseguir una estadía permanente dificulta su regularización.
“No es que no quieran legalizarse lo que pasa es que los costos son elevados y si vienen aquí es porque justamente les hace falta recursos”, señaló Hans Gutiérrez.
Más allá de las dificultades, Bolivia se volvió en un destino que les brinda mayor seguridad y una alimentación fija. “Ahora a mis hijos no les falta el alimento, ahora les compro ropa”, dijo Pacheco.
El día que haya un cambio, nos volvemos
Pedro Zavala es ingeniero petrolero de profesión, sin embargo desde que llegó a Bolivia no ejerce en su campo de formación. “Trabajo en un boliche tres veces a la semana, ese fue el primer trabajo que conseguí y ahora también en mantenimiento de un hotel”, dijo con desaliento.
Para conseguir el título en provisión nacional se requiere de una estadía de al menos cinco años para así obtener la radicatoria. “Uno puede tener una profesión, estar muy capacitado, pero los papeles son un condicionante y sin esto no accedes a un trabajo”, resaltó Miguel.
El sueño de los venezolanos por volver a su país sigue en pie. “Yo estoy seguro que el día que apenas haya un cambio, un 70 por ciento de los que nos fuimos volvemos, porque ese es nuestro sueño: Volver a Venezuela”, manifestó Hans Gutiérrez.