Vale un Potosí
Un hombre acuña una irregular moneda de plata a golpe de barreta y martillo hace 400 años en Potosí. Seguramente ni la imaginación del más preciado novelista calcularía la serie de hechos que traería como consecuencia ese precario golpeteo y su posterior desarrollo industrial: Se edificó una grandiosa caótica y laberíntica ciudad en las faldas de un cerro; se instauró el término plata como sinónimo oficial de dinero ; un país, España, creció desmesuradamente con todo el metal que se llevó; los piratas ingleses y holandeses que navegaban los océanos tuvieron su mejor momento asaltando los navíos de la corona española. Y los portugueses llenaron sus arcas esclavizando y vendiendo africanos.
Nuestro Mariano Melgarejo tuvo la oportunidad de sellar su rostro en miles de monedas llamadas precisamente melgarejos para su propia gloria y quiebra de la economía.
Cundieron mitos y leyendas como la conocidísima historia que asegura que con toda la plata que se extrajo del Cerro Rico se pudo haber construido un puente con ese metal que uniera España con Bolivia, y viene la réplica: con los huesos de la gente que murió en las minas de plata se pudo haber construido no solo un puente que cruce los mares, sino dos, de ida y vuelta.
El enriquecimiento de unos señores alemanes que aparentemente nada tenían que ver con el asunto, pero tenían Mercurio en grandes cantidades. Sustancia que servía para purificar la plata pero tan tóxica que terminó matando a miles de mineros.
Son algunos detalles que uno se entera al visitar la muestra Vale un Potosí en la Casona Santiváñez, la misma que permanecerá abierta esta semana.
La muestra contiene algunas piezas, fotografías y maquetas sobre el Museo Nacional Casa de Moneda de Potosí. El eje principal de la muestra es la explicación de la historia de la acuñación de monedas.