Líderes empresariales piden trabajar 24 horas con garantías otorgadas por el Gobierno nacional
Monica Briançon / Los Tiempos
Los representantes del sector empresarial indican que no tienen las garantías suficientes para poder desarrollar su trabajo con normalidad y solicitan soluciones a varios problemas que afectan el desempeño de las empresas durante el estado de emergencia sanitaria que vive Bolivia.
César Cuadros, segundo vicepresidente de la Confederación de Empresarios Privados de Bolivia (CEPB), indica que “el sector alimenticio debería tener un guardia, policía o un efectivo de las Fuerzas Armadas, que nos obligue a trabajar las 24 horas, precautelando nuestro trabajo”, añade que tienen permisos, que han sido obtenidos con mucho trabajo y que estos no deben ser desechados.
Por su parte, Javier Bellott, presidente de la Federación de Entidades Empresariales Privadas de Cochabamba (FEPC), propone conservar permisos hasta el cinco de abril para que no se rompa la cadena de suministros alimenticios, agrega que en Cochabamba los permisos no sobrepasan los 2.500 y que es mejor dar permisos diferenciados y salvoconductos.
El presidente de la Cámara Nacional de Exportadores (Caneb), Gonzalo Molina, exterioriza que los exportadores vivieron una crisis similar hace 20 años y que fue por culpa de la tramitología. En esta ocasión “estamos perdiendo contratos e incumpliendo con clientes y hemos parado porque han arrestado a nuestros operadores. No podemos abastecer a los hospitales y planteo que se generen comandos departamentales de abastecimiento, y suministro que estén en la federación o en las cámaras con policías para obligarnos a los empresarios a trabajar 24 horas”.
El representante de los industriales, Ramón Daza, solicita que el Gobierno coordine con el sector industrial para garantizar abastecimiento de alimentos y medicinas. Mientras el presidente de la Cámara de Comercio y Servicios de Cochabamba, Juan Carlos Viscarra, manifiesta que es “un momento difícil para el sector empresarial, dado que la “Policía y el Ejército no están priorizando las necesidades de la población”.
Finaliza, subrayando que “si no tenemos las garantías del Estado provocará el efecto inverso en la población y la gente reaccionará de mala manera”.