FMI proyecta inflación del 15,1% y crecimiento mínimo de 1,1% para Bolivia en 2025
En un escenario global marcado por tensiones comerciales y revisiones a la baja en las proyecciones económicas, el Fondo Monetario Internacional (FMI) pronostica para Bolivia una inflación del 15,1% y un crecimiento económico de apenas 1,1% en 2025, cifras significativamente más pesimistas que las previsiones oficiales del gobierno. Los datos, publicados este martes en el informe Perspectivas Económicas Globales (WEO), alertan sobre un mayor deterioro en 2026, con una expansión del PIB de solo 0,9% y una inflación que escalaría al 15,8%.
El FMI advierte que Bolivia enfrentará un crecimiento casi nulo, muy por debajo del 3,51% estimado por el gobierno en su Presupuesto General. La inflación proyectada duplica la meta oficial, lo que agravaría el poder adquisitivo de los bolivianos. Además, el déficit en la cuenta corriente llegaría al 2,5% del PIB este año y al 3% en 2026. Aunque el desempleo se mantendría bajo, en torno al 1%, este dato contrasta con la informalidad laboral histórica del país.
Contexto adverso
El contexto global no ayuda. El FMI recortó sus previsiones mundiales debido a guerras comerciales e incertidumbre política, con un crecimiento global del 2,8% en 2025, muy por debajo del promedio histórico. América Latina, por su parte, crecerá solo 2% este año, afectada por condiciones financieras restrictivas y bajo dinamismo en las grandes economías.
Estas proyecciones contrastan con las metas oficiales del gobierno boliviano, que había previsto un crecimiento del 3,51%, un déficit fiscal del 9,2% del PIB y un precio del petróleo en 75,3 dólares el barril. Sin embargo, el FMI señala que el entorno global, con tensiones comerciales en máximos históricos, complicará el cumplimiento de estos objetivos.
Implicaciones
Las implicaciones para Bolivia son claras. La presión inflacionaria podría profundizar el malestar social y reducir el consumo. El alto déficit y el bajo crecimiento obligarían a ajustes fiscales o mayor endeudamiento. Y si no se reactivan las inversiones, el país podría caer en un estancamiento económico en 2026.
El informe del FMI refleja un panorama complejo para Bolivia, en línea con la desaceleración regional, pero con desafíos internos agravados por proyecciones oficiales demasiado optimistas. La gestión de la inflación y el gasto público será clave en los próximos meses.