División política empaña la "fiesta de la integración" en Quillacollo
La Fiesta de la Integración se vio empañada por las diferencias políticas entre el alcalde Eduardo Mérida y sectores afines al MAS.
Los roces provocaron que la festividad comience con casi dos horas de retraso y el ingreso de las fraternidades folklóricas demore.
Según el cronograma, la entrada estaba prevista para las 9:00. Sin embargo, recién comenzó a las 10:30. Uno de los motivos para el retrasó fue la discusión entre el presidente de la Asociación de Fraternidades, René Valdez, y el alcalde de Quillacollo, Eduardo Mérida, por la organización.
Según Valdez, el municipio puso el palco un metro y medio más dentro de la calle, lo que dificultaba el paso de los danzarines. Además, la Asociación puso 11 cámaras en el recorrido que fueron tapadas por los banners.
Mérida indicó que: "el palco es armado por una empresa contratada y no así por la Alcaldía". Agregó que se buscó subsanar cualquier dificultad para brindar una buena organización.
Después de discutir sobre quién apoyaba más la organización, cada uno entró por separado y se consiguieron dos imágenes de la Virgen de Urkupiña para la procesión hacia el templo de San Ildefonso.
En el primer grupo se encontraban el Alcalde, autoridades nacionales de oposición, la Policía y funcionarios. En el segundo estaba la Asociación de Fraternidades y concejales del MAS.
El primer grupo llegó al palco oficial a las 12:30. En tanto, el segundo pasó a las 14:00, cuando no se encontraba nadie en el palco, porque se fueron a almorzar. Además, las autoridades del MAS, inclusive la ministra de Culturas, Wilma Alanoca, prefirieron quedarse en el palco de la Asociación de Fraternidades.
La división generó un retraso. La primera agrupación pasó por el palco a las 14:10 y hasta las 18:00 sólo ingresaron 20 de 56 fraternidades asociadas y 17 solicitantes.
A esto se suma que había sectores con tanta desorganización que las fraternidades debían esperar que pase la gente de un lado a otro para continuar con el recorrido. Si bien al inicio no había mucha gente, con el paso de las horas se fue llenando pese a ser un día laboral.
A esto se suma el consumo de bebidas alcohólicas, desorden, el comercio y basura en las calles.
La Alcaldía de Quillacollo estima informó que se otorgaron 10 mil patentes para comerciantes sin contar a los ambulantes.
GRADERÍAS
Pese a que el presidente del Concejo Municipal de Quillacollo, Víctor Osinaga, manifestó que el precio de las graderías no debía sobrepasar los 100 bolivianos, se observó que en la zona del palco llegó a 150 bolivianos.
Las graderías que respetaron los precios fueron las de la avenida Martín Cárdenas (al inicio del recorrido). Sin embargo, en la zona de El Prado (avenida Blanco Galindo) se encontraron graderías entre 70 y 130 bolivianos.
Los precios incrementaban conforme se brindaban más servicios. En algunas se ponía a disposición baños y comida, en otras se ofrecían suvenires.
El intendente Yesid Alarcón indicó que se trató de mantener los precios, pero en el caso de los combos es más complicado. Agregó que se verificó el estado de las graderías, pero se tuvo que desarmar por lo menos dos.
LA INTENDENCIA REALIZÓ OPERATIVOS
Consumo de alcohol pese a controles y decomisos
A pesar de los esfuerzos para controlar la venta y consumo de bebidas alcohólicas a lo largo del recorrido de la Entrada de Urkupiña, los restaurantes, comerciantes y ambulantes se dieron modos para comercializar estos productos.
Además, a lo largo del recorrido, se pudo apreciar a gente del público y bailarines en estado de ebriedad.
El intendente Yesid Alarcón informó que se realizó un operativo al inicio y se encontró cerveza en lugares de venta de comida. Durante el resto del día, 70 gendarmes y 80 funcionarios administrativos continuaron con el trabajo hasta el control final en la madrugada.
"Se decomisó y desechó gran cantidad de cerveza. Estaban en almacenes: 20 cajas en botella y 40 cajas de latas. Esto fue al inicio del recorrido cuando comenzaba la jornada", afirmó.
Por otro lado, el excesivo comercio también empañó la fiesta. Según el director de Recaudaciones del municipio, Álex Ángulo, se registraron al menos 10.000 comerciantes con patentes y espacios de venta. Sin embargo, existe otro número de vendedores ambulantes que caminan por las calles sin ser registrados.
Ángulo explicó que por lo menos el 40 por ciento de los comerciantes son de Quillacollo. Sin embargo, el 60 por ciento restante llega de Cercado, Sacaba, Vinto y otros departamentos.
Agregó que se hacen todos los esfuerzos para controlar y evitar el desorden. Pero se observa que cada año aumentan los vendedores, que en algunos casos entran al recorrido a realizar su venta.
Mientras, otros se asientan en las calles aledañas al recorrido, lo que genera caos vehicular e incluso es complicado transitar para los peatones.
Toda esta situación lleva a que se genere caos vehicular, principalmente, en la zona del Cine Center.
Control policial
El comandante regional de la Policía del Valle Bajo, José Borda, informó que se instalaron alrededor de 40 cámaras en el recorrido y calles aledañas. Asimismo, se colocaron siete carpas multidisciplinarias para información y denuncia.
Durante los tres días, Quillacollo contará con la vigilancia de 7.150 policías. Hasta el cierre de esta edición se tenía conocimiento de niños extraviados, pero que fueron devueltos a sus padres. No se registraron hechos lamentables de consideración y, en horas de la madrugada, se hizo el control final que se dará a conocer hoy.