Descomposición constitucional en Bolivia
En 11 años de Gobierno del Movimiento Al Socialismo hemos tenido 10 procesos electorales. La última consulta electoral ha costado aproximadamente 153 millones de bolivianos, dinero de los impuestos de los ciudadanos invertidos para resolver una duda del presidente Evo Morales: ¿Bolivia lo ama?, en esto ha degenerado la democracia plebiscitaria instrumental, resolver los caprichos existenciales y angurria de poder de los gobernantes, sin importar normas e instituciones preestablecidas.
Se trata de un método eficaz donde se violan las leyes y la misma constitución para que luego los abogados traten de legalizar y termine siendo legitimado mediante el voto de la mayoría, un modus operandi que desconstitucionaliza el Estado. Nos referimos a instigar o encubrir reformas inconstitucionales violando las reglas y procedimientos previamente aprobados, destruyendo la esencia de la Constitución con interpretaciones forzadas con la legitimidad de una votación que aparentemente involucra la voluntad o soberanía del pueblo, pero en realidad solo corresponde a un sector de la población que se impone sobre los demás, de esta manera se suprimen de forma implícita o explícita los derechos y libertades de los afectados y se desobedece el ordenamiento constitucional vigente.
Hemos sido testigos de cómo Evo Morales ha ejercido de manera continua su primera reelección después del periodo 2005-2010. El Órgano Legislativo hizo posible una segunda reelección para la gestión 2015-2020 (no corresponde decir reelección sino simple afán de prorroguismo, según Baptista Morales), mediante la concreción de la “estrategia envolvente” que ha sido la viveza criolla para engañar a los opositores para aprobar la constitución estatista del 2009. Esa segunda prórroga ya era inconstitucional, pero un Tribunal Constitucional prevaricador interpretó a favor del caudillo y todo quedó legitimado por voto, el Órgano Legislativo permitió mediante una “ley interpretativa de la constitución” que se viabilice una reelección ilegal, recordemos que es el Tribunal Constitucional quien tiene la atribución de interpretar la constitución, pero esta institución convalidó estos hechos, aprobando la violación de los artículos 168 y la Disposición Transitoria Primera, Numeral II) de la Constitución del 2009.
La segunda parte de la consulta de este último referendo dice: “Por Disposición Transitoria de la Ley de Reforma Parcial de la Constitución Política del Estado, se considera como primera reelección al periodo 2015-2020 y la segunda reelección 2020-2025”, desechando la realidad a conveniencia de los gobernantes, pocos han reparado en esta parte que nos muestra la falsedad y el engaño que vivimos; pero Henry Ríos Alborta advirtió cómo se miente, citando las palabras de Carlos Romero Bonifaz, representante y habiendo sido constituyente por el MAS: “Acerca de la reelección presidencial se acordó contabilizar el actual periodo constitucional”, refiriéndose al primer periodo de gobierno del 2005.
Entonces, constitucionalistas y políticos quieren hacernos creer que todo este proceso es constitucional, cuando lo cierto es que los bolivianos que han votado por el Sí o por el No, están siendo embaucados y manipulados por las argucias legales del populismo constitucionalista, haciéndose creer a los ingenuos que comprometiéndose y haciendo respetar su voto están defendiendo Bolivia, jugando el juego que el Gobierno les da con un referí cuestionado, cuando nunca deberíamos haber llegado a esa instancia de consulta, una sociedad que se precie de ser respetuosa de las leyes no se somete al capricho político y al cambio de reglas de juego a mitad del partido, el Imperio del Derecho se respeta, pero seguimos en un proceso de descomposición de un aparente Estado de Derecho.
El autor es vicepresidente del Instituto Libertad, Democracia y Empresa.