Guerra a los medios
El nuevo Gobierno estadounidense ha declarado una guerra a los medios, ya preanunciada en la etapa electoral cuando el actual mandatario de esa nación sugirió a los periodistas contar con buenos abogados para su defensa.
Esa amenaza guerrista tuvo como antecedente que el nuevo portavoz de aquel mandatario mintió sin rubor alguno sobre el estimado número de personas que asistieron a la posesión del exmandatario Barack Obama y el que lo hizo en la de Donald Trump. Y esta mentira fue avalada con dos argumentos: que se trataba de un mandato del Presidente y de que se trataba de una “versión alterna” de los hechos.
Fácil es advertir un nuevo común denominador entre posiciones político-ideológicas que aparentan ser radicalmente opuestas. Basta ver o escuchar a un mandatario como el venezolano y su canal portavoz oficial Telesur, para constatar que se difunde mentiras evidentes sin rubor alguno o revisar el “relato” del tiempo “kirchneriano” en Argentina o los argumentos de la intelectualidad autodefinida de izquierda para intentar justificar la generalizada corrupción en los Gobiernos que apoyan o apoyaban.
Para remate, la coincidencia se amplía si se lee con detenimiento el discurso de despedida del ahora exministro de la Presidencia en su ataque a los medios al transferir, aparentemente con mucho pesar, sus oficinas a su sucesor.
Se trata, empero, como sucede en la búsqueda de identificar “pueblo” con mandatario que comentamos ayer, de posiciones que muestran una clara vocación autoritaria, que, por lo demás, no son únicas…