Regulaciones y desafíos: fondos de inversión en la mira
Es fundamental comprender que los fondos de inversión desempeñan un papel clave en el mundo financiero. A pesar de ello, muchas personas no están familiarizadas con este instrumento.
En términos sencillos, un fondo de inversión es una herramienta de inversión que reúne el dinero de múltiples inversores con el fin de comprar y gestionar una cartera de activos financieros, como acciones, bonos u otros. Su característica distintiva radica en permitir a inversores individuales acceder a una cartera diversificada sin la necesidad de gestionarla directamente, ya que los fondos son administrados por gestores profesionales que deciden las estrategias de inversión, evaluando la relación rendimiento/riesgo.
Recientemente, en Bolivia, la Autoridad de Supervisión del Sistema Financiero (ASFI) emitió una circular que modifica el Reglamento para Sociedades Administradoras de Fondos de Inversión y de los Fondos de Inversión, en relación con el límite de las inversiones que podrán realizar en los mercados financieros internacionales.
Haciendo una retrospectiva de los últimos cinco años, se observa que el límite de inversión en el extranjero que pueden tener los fondos nacionales ha disminuido, pasando del 30% del total de su cartera al 25% en 2017, y al 5% en 2019.
La circular más reciente de la ASFI no altera este límite del 5%, pero elimina la exención para fondos constituidos antes de marzo de 2019, cuyos límites máximos eran los porcentajes de inversiones reportados en dicha fecha.
Según datos de la ASFI hasta agosto de 2023, la cartera total de Fondos de Inversión (abiertos y cerrados) alcanzaba a 3.508 millones de dólares, con un 14,6% —$us 514 millones— invertido en instrumentos financieros en el extranjero (acciones, bonos corporativos, bonos de deuda soberana, letras del tesoro, etc.). Para cumplir con el límite del 5%, los fondos de inversión deberán liquidar operaciones por 338 millones de dólares, recursos que deberán ser repatriados.
La limitación de las inversiones en el extranjero de los fondos de inversión podría ser una medida que trate de evitar la fuga de capitales, asegurando que los recursos financieros se utilicen para el desarrollo interno fomentando la inversión en proyectos, así como evitar riesgos asociados con la volatilidad de los mercados internacionales.
Sin embargo, cabe destacar que la principal inversión de los fondos nacionales es en depósitos a plazo fijo (DPF) emitidos por entidades bancarias. Los recursos repatriados no necesariamente impactarán directamente en la actividad económica o el financiamiento de proyectos productivos locales.
Desde la perspectiva de inversores y gestoras de fondos, estos enfrentan limitaciones en la diversificación de sus carteras, lo que puede repercutir en un menor rendimiento ajustado al riesgo (ratio de Sharpe, utilizado en finanzas). Es decir, la restricción en la adquisición de activos financieros, como bonos de gobiernos de países con bajo riesgo o “fondos del mercado monetario (FMM)” —consideradas inversiones de bajo riesgo, alta liquidez y estabilidad en el rendimiento— puede afectar a las capacidades de los gestores para construir carteras conservadoras y estables. Por ejemplo, en la actualidad, el rendimiento del bono estadounidense a 10 años se encuentra en torno al 4%, y es considerado “libre de riesgo”.
Por otro lado, al limitar la inversión en el extranjero, se podría privar a los fondos de acceder a sectores y activos poco representados en el mercado local, lo que significaría perder valiosas oportunidades de crecimiento. Un claro ejemplo, es el rendimiento excepcional, durante el año 2023, del índice SP500, que incluye las 500 empresas más grandes de Estados Unidos, y que alcanzó una rentabilidad superior al 20%. Esta limitación implicaría perder oportunidades de inversión en mercados extranjeros con rendimientos atractivos.
En resumen, mientas el mundo financiero avanza a pasos agigantados, Bolivia se encuentra en un momento crucial. ¿Cómo puede equilibrar la necesidad de regulación con la búsqueda de oportunidades de inversión en el extranjero?
Tal como nos recuerda el economista boliviano Enrique García, expresidente ejecutivo de CAF – Banco de Desarrollo de América Latina,
Bolivia no debe quedarse mirándose el ombligo, sino mirar al mundo y a los cambios de la cuarta revolución industrial. La clave está en encontrar el equilibrio adecuado para impulsar el crecimiento interno sin perder de vista las oportunidades globales.