Sectorizar la feria exposición
Quienes contribuimos a la institucionalidad del evento llamado Feria Internacional de Cochabamba hemos contemplado satisfechos la versión 34 del mismo, que por prima vez inauguró René Bernal, delegado del presidente Banzer; secundado por el prefecto Milivoy Eterovic; el alcalde Municipal Humberto Coronel, y los personeros de la misma Hugo Galindo, Roberto Peña, Raúl Artero por los empresarios privados y los funcionarios Alfonso Rojas, gerente general, y Mauricio Aira, secretario ejecutivo del Comité IV Centenario de Cochabamba, que sirvió como motor ejecutor de un amplio programa que abarcó esencialmente lo cultural y la feria.
Los primeros años Fexpo funcionó en forma alternativa con la de Santa Cruz, la mayor de todos los años pares y los impares, Cochabamba, con sus instalaciones en Alalay bordeando a ese regalo de la naturaleza, la laguna, que sin duda alguna es el mejor espacio recreativo de la ciudad del valle y que debe ser objeto de todos los cuidados por su preservación y hermosamiento junto al cerro San Pedro y el teleférico que conduce al Cristo de la Concordia, la mayor estatua de Cristo Redentor, que supera en 6 metros a su similar de Río de Janeiro.
Mantener la feria ha sido un esfuerzo conjunto del municipio y la empresa privada, que de manera sostenida han tenido la virtud de avivar la iniciativa e irla mejorando hasta que, ya como ente alejado legalmente de la Alcaldía, ha conseguido anualizar la muestra con todo el desarrollo y el trabajo que supone. Lo que sin duda es admirable y plausible. No basta sin embargo, puesto que como en otras latitudes, Cochabamba se ha ganado un sitial para tener una Fexpo de carácter permanente aunque sectorizada.
Gremios como el de la construcción, el transporte, la ingeniería, la hotelería y su extensa gama de atractivos para el turismo, la tecnología y la industria más típicamente k’ochala, están sin duda en tener su propia feria, algunos sectores anualmente, otros con el intervalo de un año. Sirva como modelo “la exposición sueca” con temas como salud, educación, servicios, deportes, arte, del mueble, de la ciencia, del libro y fotografía, un promedio de 2 expos por mes, una maravilla porque los costos fijos se reparten y la promoción se abarata, así como la contratación de expertos.
Augurar logros visibles tanto en las operaciones de la Fexpo como en el efecto multiplicador y que las iniciativas del pasado con la maduración de los años y la experiencia recogida de tal modo que se traduzcan en el mayor beneficio para la Llajta.
El autor es periodista.
Columnas de MAURICIO AIRA