Ser feliz o no en este 2020
Hace unos días, leía un documento donde se sostiene que esta generación es una de las más beneficiadas por los avances tecnológicos a su alcance, por los logros de la medicina para alargar la vida y encontrar soluciones a enfermedades crónicas, por tener al mundo en la palma de la mano con un solo click, pero, fundamentalmente, por contar con mejores ingresos y oportunidades profesionales que hace 10, 15 o 20 años atrás.
Pero el mismo estudio deja en evidencia un contrapeso no menor: también es una de las generaciones más deprimidas y frustradas de todos los tiempos. ¿Cómo es esto posible?
Solo en Cochabamba, cerca del 30% de las consultas médicas son por causa de la depresión. Hasta incluso niños de seis años la padecen. A escala nacional, la crisis emocional está entre las tres enfermedades de mayor atención médica y, por consecuencia, de consumo de antidepresivos y pastillas para dormir.
En el mundo, según la OMS, alrededor de 500 millones de personas sufren de depresión y esta la principal causa de discapacidad. Esa cifra se incrementa cada año a un ritmo del 18%.
Asistimos al desmoronamiento de nuestras instituciones, a la pérdida de fe en aquello que nos daba seguridad, a presenciar la muerte de nuestro planeta; los niveles de desconfianza escalaron demasiados peldaños y nos vemos entre vientos férreos de tierra que ciegan nuestra vista y nos hace tropezar a cada paso que damos.
Prender el televisor y sintonizar cualquier noticiero, leer el periódico, encender el celular y nadar en las redes sociales, es asistir a un vía crucis que deja a uno perplejo por la violencia, los homicidios, los feminicidios, la infamia, la impostura y sabe uno cuántas iniquidades más.
Un periodista preguntó a un intelectual, escritor español para mayores señas, el porqué de su pesimismo y, sorprendido, éste le espetó que de ninguna manera él se consideraba una persona pesimista, el problema, simplemente, era que estaba bien informado.
Así que amable lector –también dicen que la persona es más feliz cuando ignora, sino todo, por lo menos una buena parte de las cosas–, depende de usted, ser un desinformado feliz o un bien informado pesimista… en este nuevo (in)feliz 2020.
El autor es comunicador
Columnas de JAVIER MEDRANO