Soluciones radicales a problemas crónicos
La ausencia de propuestas integrales, coherentes y fundamentadas se ha convertido en una característica recurrente de los procesos electorales bolivianos. Las campañas durante las últimas tres elecciones, tanto nacionales como subnacionales, se enfocaron simplemente en resaltar o denigrar la figura de Evo Morales.
Esa dinámica de simplificación electoral, generada por la sensación de invencibilidad de la que gozó el caudillo, anuló la capacidad de propuesta de los partidos de oposición; pues en la lógica de mediocridad política que nos caracteriza, ¿para qué dedicar tiempo, dinero y esfuerzo en la elaboración de un sólido plan de gobierno, si las posibilidades de ejecutarlo son prácticamente nulas?
Incluso ante los enormes desafíos que aguardan a la próxima gestión, esa desidia propositiva parece ser el único elemento común entre las diferentes candidaturas. Resulta frustrante constatar que las pocas propuestas presentadas no pasan de simples planteamientos genéricos, profusos en los qué y mezquinos en los cómo.
En este contexto, aparece de manera sorpresiva una propuesta muy bien fundamentada, sencilla en sus planteamientos y con enorme potencial para revolucionar la estructura tributaria y económica del país. Su autor es Peter Weiss, exitoso empresario cochabambino, quién actualmente se encuentra en una cruzada personal para socializar su proposición que genera interés inmediato entre quienes la van conociendo. Esa reacción espontánea confirma la existencia de un sector importante de la ciudadanía, ávido por conocer, analizar y enriquecer cualquier propuesta coherente de solución a los problemas del país.
Como parte de ese proceso iterativo de validación y ajuste, Weiss a la fecha ha presentado su plan a más de cinco mil personas entre las que destacan expertos tributarios, financieros y aduaneros, así como empresarios formales e informales, representantes y miembros de organizaciones empresariales y también políticas.
Una parte de este interesantísimo plan, denominado Simple.mente Bolivia, se fundamenta en el principio de la eficiencia fiscal, entendido éste como el que permite obtener la mayor cantidad de recursos para el Estado al menor costo para los contribuyentes.
Con el propósito de potenciar la cultura impositiva y eliminar el contrabando –objetivos ambiciosos pero sí alcanzables– Weiss plantea de manera clara y fundamentada los siguientes cambios: (i) simplificación radical de la estructura impositiva del país: eliminación del IT, ITF, RC-IVA y regímenes especiales; (ii) reducción de la tasa impositiva de aquellos impuestos que sí se mantengan: reducción del IVA al 7% y del IUE entre el 10 y el 20%; (iii) integración al padrón de contribuyentes de la totalidad de la población económicamente activa: incremento de la cantidad de contribuyentes, de menos del 1 millón actual a los 7,5 millones potenciales.
De acuerdo con su diagnóstico, la recaudación total del Estado por concepto de impuestos bordea los 41 mil millones de Bolivianos al año y las medidas propuestas permitirían que solamente un año después de su aplicación, las reformas mencionadas igualen la recaudación actual y dos años más tarde, la superen en más de un 50%.
Los regímenes especiales, por ejemplo, incluyendo el Régimen Simplificado, carecen de sentido práctico, pues se han convertido en una licencia para la evasión impositiva: conforman cerca del 20% del padrón total de contribuyentes y generan menos del 0,2% de la recaudación tributaria total.
En tiempos de crisis y ante la necesidad de incrementar la recaudación tributaria, sería fácil potenciar la práctica de corto plazo, ya vigente, que incrementa la presión fiscal sobre el único segmento de la población que sí paga impuestos. El problema de fondo de este enfoque es que profundiza el círculo vicioso, pues termina ahogando la iniciativa privada y reduciendo inevitablemente la recaudación. A manera de ejemplo, la recaudación actual por concepto de multas es de casi 3.000 millones de Bolivianos, equivalente a 44,5 veces la recaudación generada por los regímenes especiales.
Lo anterior constituye solamente un resumen somero del plan propuesto por Peter Weiss, pero definitivamente invita a su estudio. Mediante un proceso de validación y mejora, pues todo es perfectible, podría lograrse su masificación y eventual adopción por parte de los órganos pertinentes del Estado.
Finalmente, considerando que el sector político no se muestra a la altura del desafío, iniciativas como ésta, generadas y validadas por la misma sociedad, podrían constituir una fuente importante de soluciones para lograr la reactivación económica y la modernización del aparato estatal.
El autor es administrador de empresas y magíster en administración de negocios
Columnas de DANIEL SORIANO CORTÉS