¿Medidas inciertas, apropiadas o contingentes?
La especulación y la argumentación contingente en concordancia a las medidas vinculadas a la Ley del Oro, disminución de la tasa de encaje legal y la venta de divisas por parte del Banco Central permiten reflexionar sobre la dependencia de la reserva y el comportamiento disfuncional entre los agentes económicos, que, a la hora de la definición, activan la microeconomía en tonada con la captación de recursos por el Impuesto a las Transferencias Financieras en dólares, incentivan la actividad económica en detrimento de la conflictividad y en complemento con la estrategia de supervivencia coligada a la economía de la duda y las posibilidades de adelanto del flujo por el sacrificio que pueda tener el consumo futuro por el presente que promueven blindaje para una economía incipiente en cuantía de un PIB insignificante comparado con la producción mundial y el respectivo ingreso per cápita.
Toda política macroeconómica tiene un impacto que representa oportunidad y riesgo para la gestión empresarial, elementos que obligan a la generación de estrategias destinadas al fortalecimiento del flujo, la reinversión y el crecimiento de la eficiencia marginal del capital. Lo macroeconómico define lo microeconómico, debiéndose comprender que, en la asignación de recursos, las actitudes y la capitalización de las aptitudes de los ciudadanos definen el movimiento del dinero y su efecto multiplicador en la economía. Si bien el modelo y las políticas son importantes, la creatividad por la supervivencia define el norte de la satisfacción de las necesidades.
El “dice” y la argumentación de la diversidad de puntos de vista demuestran nuevamente que la economía relaciona la gestión de la asignación de recursos escasos con la lucha de intereses y el ejercicio del poder, además de las expectativas en distintos contextos, que por supuesto, ameritan inversiones diferenciadas que estandaricen funciones de producción, haciendo praxis del pacto fiscal coligado al reparto proporcional que viabilice la disminución de las desigualdades.
Gestionar el desarrollo implica generar medidas que en su diseño, construcción y conducción aprovechen la brisa favorable –El vuelo de una cometa de Sergio Boisier– para generar un mejor desempeño económico que desde el espacio local y, el enfoque de un modelo desconcentrado y experimentado, incida eficientemente en el multiplicador de la producción y el flujo generador de empleo, equidad y sostenibilidad en el marco del equilibrio estable.
Columnas de ALFREDO E. MANCILLA HEREDIA