“¿Puedo aprovechar, maestrito?”
La modificación de la ley del presupuesto 464 refleja la vieja maña de que “cuando el minibús está en medio de la avenida, y el peine de turno dice; “¿puedo aprovechar, maestrito?”, “aproveche nomás, joven”, responde este.
En este caso, el Ejecutivo quiere, además del presupuesto, modificar artículos de cinco leyes adicionales. Cuando las hormiguitas desfilan con causas justas (incendios y falta de agua), los magos del Gobierno quieren hacer pasar siete elefantes.
Las disposiciones adicionales del 1 a la 5 son cambios cosméticos. La 6 y 7 son la madre del cordero (6) artículo 3 93 de la ley 3 93 de servicios financieros. 7) Artículo 495 de la ley 3 93, de servicios financieros).
Estas disposiciones aumentan el poder de la autoridad de supervisión del sistema financiero para requerir información a la sociedades controladores de grupos financieros y abren la puerta para “que directores, gerentes, administradores, funcionarios o responsables (...)cuando reporten a la UIF de buena fe, operaciones sospechosas (...), estarán extintos de responsabilidad administrativa nacional y penal”. Los delatores tienen chipe libre.
Todos los temas tratados en disposiciones adicionales pueden ser muy legítimas, pero requeriría un debate amplio en la sociedad y en la asamblea, en especial, los últimos dos puntos.
Pero entre gitanos (arcistas y evistas), no se van a leer la suerte. Se conocen este tipo de mañas y chicanas.
En un país donde se actúa con transparencia la solución es sumamente sencilla: que el Ejecutivo retire estas disposiciones adicionales y vuelva a mandar la reformulación del presupuesto. Diputados y senadores deberían aprobar muy rápidamente la modificación. Por supuesto, partimos de la hipótesis de que la pareja política tóxica arregle parcialmente sus cosas.
Columnas de Gonzalo Chávez Álvarez