Eclipse de conocimiento
Alguna vez, con poca frecuencia felizmente, me tocó conversar con personas convencidas de que los terremotos eran resultado del cambio climático y de la contaminación atmosférica. De acuerdo a su lógica, la Tierra mostraba así su descontento por determinadas actividades humanas, como la destrucción de bosques para la agricultura o la explotación de ciertas materias primas.
Obviamente siempre traté a estas personas con consideración y la mayor amabilidad posible. Aunque es cierto que tal vez es una forma residual de paganismo...
Ahora, sin embargo, me encuentro con personas que ponen a prueba mi paciencia, tolerancia (escasas, lo reconozco) e incluso mi fe ne la humanidad. Lo digo por aquellos que creen que los eclipses, como el de la semana pasada, serían una señal más de la “molestia” del planeta con los humanos. ¿O habrá que referirse al globo terráqueo como Pachamama?
¿De dónde puede salir semejante idea? Quisiera entenderlo, pero al mismo tiempo me preocupa ponerme a estudiar el tema. ¿Y si descubro que hay millones de loquitos seguros de que los eclipses dependen de los humores de una deidad premoderna? ¿Entonces qué?
Mi primera reacción sería esconderme en una cueva, con libros y cómics, y fundar un monasterio que conserve el conocimiento hasta el fin de esta nueva edad oscura. Por otra parte, bien podría aprovechar el próximo eclipse (perfectamente previsible) en estas tierras y convencer a unos cuantos loquitos de que tengo un amuleto mágico que evitará la desaparición del sol... Sólo tendrán que regalarme sus bienes.
Pensándolo bien, creo que no funcionaría. El gobierno ya tiene el monopolio en esto. ¿No fue un masista el que prometió que el sol se ocultaría si su jefe perdía?
¿Qué libros me recomiendan para mi monasterio? Los escucho, amigos.
Columnas de ERNESTO BASCOPÉ