Hombre cobarde no entra
La expresión completa es: que no entra a palacio. Aquí no hay ningún palacio al que ingresar, simplemente se trata de que el Tribunal Supremo Electoral cumpla su papel. El que le fija la Constitución y la ley: organizar, administrar y ejecutar los procesos electorales y proclamar sus resultados. Nadie más. El TSE como cabeza del Órgano Electoral, es decir el cuarto poder estatal.
Ningún otro puede reemplazarlo, imponerle nada o pretender que le obedezca en su campo, el electoral. Al posesionarse como vocales juraron cumplir y hacer cumplir la Constitución. Sin necesidad de otros acuerdos, pactos entre partidos, pronunciamientos de otros órganos o “leyes de blindaje”.
¿Están en riesgo de ser hostigados y amenazados? ¿Arrestados? ¿Acusados” ¿Procesados?
Lo están. En un estado de excepción como en el que vivimos, bajo el mando de una alianza entre el Ejecutivo y el Tribunal Constitucional Plurinacional (TCP), que han anulado al Legislativo y donde el Judicial se comporta como policía política, corren riesgos de encarar arbitrariedades y abusos.
¿Pero saben qué? Si no lo hacen, si continúan quejándose, lloriqueando y pidiendo protección a los que han tramado entorpecer, deformar y torcer la democracia y su principal mecanismo de consulta y sustento, que son las elecciones, se convierten automáticamente en cómplices y coautores, como ocurrió el año pasado con las elecciones judiciales no nacionales.
Es indispensable que ahora, como personas de principios, demócratas, ciudadanos activos, funcionarios leales a la Constitución y la soberanía popular digan: ¡No va más! No cumpliremos instrucciones, sentencias, fallos ni decisiones de salas constitucionales, juzgados, ni del propio TCP, porque en materia electoral estamos por encima de ellos. Nos declaramos e insubordinamos a imposiciones ilegales y contrarias la Constitución. Con todas sus consecuencias.
Ese paso puede sacudir su rutina y hacer que los lleven a empujones a comisarías, pero si así proceden con ellos no podrá ocultarse un minuto más quienes están actuando en la sombra, rompiendo las leyes y preparando la más grande manipulación electoral. No habrá forma de ocultar la situación de quebrantamiento del orden constitucional que nos envuelve desde 2017.
Si se atreven a intimidarlos con policías, órdenes de arresto, si pretenden volverlos a humillar y que no cumplan nuevamente con sus obligaciones, estén seguros de que los canallas actuando al descubierto serán enfrentados por la sociedad, por su impulso y reserva democráticas.
Háganlo ante el silencio y las tristes amenazas de los políticos, ante la vacilación de los otros poderes, de los parlamentarios. Es la forma de frenar la gran trampa que está funcionando para impedir o viciar la expresión de nuestra voluntad.
El autor es director e investigador del Instituto Alternativo
Columnas de RÓGER CORTEZ HURTADO