Desconfianza: Evo sigue en la mira

País
Publicado el 29/09/2019 a las 0h00
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De acuerdo con los últimos resultados registrados entre el 13 y 20 de septiembre del año en curso, aumentó la desconfianza de la ciudadanía hacia la figura política del presidente Evo Morales.

 

 

A la pregunta realizada, ¿usted tiene confianza o tiene desconfianza en Evo Morales?, el 45 por ciento de los encuestados dijo que tiene poca desconfianza y mucha desconfianza, el 38 por ciento tiene mucha confianza y poca confianza y el 16 por ciento ni confía ni desconfía del jefe de Estado.

En la primera encuesta, difundida por Los Tiempos y llevada a cabo entre el 20 y 24 de julio del presente año, el 24 por ciento de los consultados tenía mucha desconfianza en la figura de Morales.   En la segunda encuesta del 1 de septiembre la mucha desconfianza aumentó al 28 por ciento.

 

Gestión gubernamental

A la pregunta: ¿cómo califica la gestión de Evo Morales como presidente del país, como muy buena, buena, mala, muy mala?, el 44 por ciento la califica como muy buena y buena su gestión. En tanto,  el 32 por ciento de los encuestados respondió ni buena ni mala y el 24 por ciento la califica como mala y muy mala.

 

Percepción país

Finalmente, a la pregunta: ¿usted cree que el país va, por un camino muy bueno, un camino más o menos bueno, un camino más o menos malo o por un camino muy malo?, el 36 por ciento de los encuestadas considera que el país va por un camino bueno, el 26 por ciento por un camino ni bueno ni malo, el 35 por ciento cree que por un camino muy malo y el 3 por ciento no sabe o no responde.

 

ANÁLISIS

Ni bueno ni malo

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Vivian Schwarz Blum
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Vivian Schwarz Blum

Coordinadora de Investigación Social en Ciudadanía

En menos de un mes hay elecciones. Si hasta ahora no lo habíamos hecho, es hora de ya no tomarlo a la ligera. Los grupos de interés no lo hacen. Las elecciones, aunque para muchos parece así, no son el juego de unos pocos, de los que están organizados, ni solamente de los que están en política Las elecciones son una de las responsabilidades más serias en la vida de todas y todos los ciudadanos individuales.

A estas elecciones llegamos, según las encuestas, con una lista de preferencias y predicciones de candidatos ganadores, pero también con incertidumbre, desconfianza y con opiniones divididas. Las encuestas muestran sin lugar a dudas opiniones divididas: Un tercio dice que vamos por mal camino y otro tercio que vamos por buen camino. Dado que al mismo tiempo dos tercios de la población considera que la postulación del candidato, que según todas las encuestas ganará las elecciones, es inconstitucional y que la decisión del TCP es ilegal y más de dos tercios de la población nacional teme que en estas elecciones habrá fraude, diría que el tercio que opina que estamos en mal camino tiene razón.

Con las elecciones tan cerca llama la atención la población que cree que las elecciones ni les atañen ni les afectan. Un cuarto de la población nacional considera que la situación actual del país no es ni buena ni mala; ¿la evaluación del trabajo del Presidente? Más de un tercio dice ni bueno ni malo. ¿La decisión del TCP? 12 por ciento no sabe y no responde. Dos tercios de la población cree que tenemos una crisis económica de moderada a seria, pero ¿la situación económica del 50 por ciento de las familias en el país? Ni buena, ni mala.

Las elecciones son, sí, una responsabilidad, pero también una oportunidad. ¿Quién quiere vivir en un país “ni bueno ni malo”? ¿Quién quiere un futuro ni bueno ni malo para sus hijos y nietos? ¿Quién quiere autoridades e instituciones ni buenas ni malas que –con suerte- lo protejan y le resuelvan sus asuntos medio bien medio mal? ¿Quién quiere respuestas ni buenas ni malas a desastres naturales, crisis ambientales, insuficiencia de alimentos? ¿Quién quiere promesas electorales que nunca se cumplen ni bien ni mal? Nadie.

Sea cual sea el artificio histórico, discursivo, ideológico o personal que nos tenga colectivamente creyendo que este país y cada uno de sus ciudadanos no merecemos algo mejor que “ni bueno ni malo” es hora de exorcizarlo. Involúcrese. No se conforme. Un voto a la vez para un futuro bueno, un país bueno e instituciones responsables.

 

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