Catar, el mundial que tendrá a la tecnología como una aliada más
El Mundial de Fútbol de Catar 2022 tendrá la particularidad de que no se jugará en verano, sino en invierno. Esta decisión fue tomada por la FIFA para evitar las altas temperaturas que se alcanzan en la época estival en el país asiático. Es por esta razón que primero el torneo se disputará del 20 de noviembre al 18 de diciembre y se deben emplear tecnología en los estadios para contrarrestar el calor.
Saud Abdulaziz Abdul Ghani, fue el ingeniero detrás del novedoso sistema de “refrigeración dirigida” que hace que los estadios cataríes sean utilizables, si fuera preciso, los 365 días del año y a cualquier hora, a pesar de que en la tórrida época que vive Doha en estos meses de verano la temperatura supera fácilmente los 40 grados.
Catar se impuso construir estadios que desafiaran esas condiciones, no sólo térmicas, sino también ambientales, ya que la calidad del aire se ve deteriorada por un manto de polvo que lo cubre todo. Al final, todo está en medio del desierto.
El deseo de la FIFA es garantizar que los partidos se disputen con confort termal para jugadores y aficionados. Y el “Doctor Frío” como le conoce cariñosamente la organización del Mundial se ha encargado de ello.
“Confort termal para los jugadores y para 40 mil aficionados. No es solamente una cuestión de temperatura. Tenemos que ser capaces de que aunque la temperatura y la sensación térmica exterior o la calidad del aire no sean buenas, dentro de la bóveda del estadio sí lo sea. Ahora hay 45 grados fuera y un ambiente bochornoso, pero dentro, la cosa cambia mucho”, explica Saud Abdulaziz.
“El sistema tiene dos partes, una que purifica el aire, lo limpia y otra que lo refrigera. El confort térmico es algo con muchos detalles porque cada persona dentro del estadio tiene una particularidad, va vestida con ropa de manga larga, corta, es más o menos voluminosa. Cada uno percibe la temperatura de una manera. Nosotros no queremos controlar la temperatura solamente, queremos controlar lo que la gente está sintiendo sobre ella en cada estadio”, señala.
“Controlamos la temperatura, la humedad, el aire y la sensación que cada persona percibe. Tenemos sensores repartidos por todo el estadio, porque cada zona del campo es diferente. El aire recircula a través de las máquinas que van soltando el aire limpio, filtrado. Nuestra obsesión no es enfriar el aire, es limpiarlo. Lo más importante es mantener fuera y bloqueado el aire caliente, lleno de polvo, y dentro el más limpio posible”, subraya al mirar la carpa que se despliega en una hora cubriendo el techo del estadio Al Janoub.
Los estadios tendrán una temperatura agradable durante los partidos, de unos 20 a 24 grados a petición de la FIFA.
“Nuestros estadios se pueden usar las 24 horas del día durante todo el año, queremos dejar un legado para Catar después del torneo, pensamos en qué uso se les puede dar y que esta tecnología ayude al desarrollo comercial”, dice.
El sistema también beneficia al cuidado del césped en estas condiciones extremas. Un aire puro ayuda a mantenerlo. Además, el césped catarí tiene detrás otro reto tecnológico. Hacerlo crecer de forma sólida, con raíces fuertes, exige, no solamente un sistema de irrigación subterránea, también uno de oxigenación.
15 mil cámaras de seguridad
Frente a una pared de pantallas digna de la Nasa, o de una película futurista, cientos de técnicos controlan las puertas, las comunicaciones a los espectadores y las imágenes de las 15 mil cámaras de los ocho estadios del Mundial.
Con casi 1,4 millones de espectadores que vibrarán con hasta cuatro partidos por día durante la fase de grupos, el centro de mando situado en el complejo del estadio Khalifa de Doha tendrá un papel destacado.
Las multitudes que se esperan por las calles de Doha preocupan a las agencias de seguridad y se espera la llegada de refuerzos del extranjero durante el evento, entre ellos más de 3 mil agentes antidisturbios turcos.
“En todos los estadios a la vez”.
“Ocurra lo que ocurra, tenemos una respuesta”, asegura Hamad Al Mohannadi, director del centro de control. “Mientras no haya daños materiales y nadie esté herido, nos limitaremos a observar. Deberemos señalar y gestionar todo lo que se refiere a los daños materiales o a las personas”, añade.
“Podemos ver el conjunto de las 15 mil cámaras (equipadas de un sistema de reconocimiento facial) repartidas en los ocho estadios y hacer la vigilancia desde aquí”, precisa.