
PLATAFORMA UNA NUEVA OPORTUNIDAD
Un recuento de los acontecimientos producidos en Venezuela y de las declaraciones del dictador Nicolás Maduro hechas públicas en los últimos días, da cuenta de que ese país se encuentra en muy malas manos y que su futuro y el de su población correo serio riesgo. Revisemos lo ocurrido y lo dicho por el sujeto.
Las “Constituciones Políticas del Estado” surgieron por la necesidad de limitar el poder de los gobernantes que, por largo tiempo, hicieron de las suyas en el mundo, proveyendo así a las personas de un instrumento para el ejercicio de sus derechos y garantías. El inicial “Estado de Derecho” proclamado por el liberalismo, fue trascendido por el constitucionalismo social y dio paso al “Estado Constitucional de Derecho”, en el cual se reconoce la primacía de la Constitución por encima de cualquier otra norma.
El 3 de julio pasado, el inefable ministro de Gobierno convocó a una conferencia de prensa, con la clara intención de instruir a los asistentes (y también a los no asistentes, de Bolivia y el mundo) acerca de lo que es un golpe de Estado.
A la edad de 59 años, un infarto cardíaco segó la vida del conocido periodista Cándido Tancara. El director de Brújula Digital, Raúl Peñaranda, contó que, 20 minutos antes de morir, Cándido envió el último artículo que editó para ese periódico digital en demostración de la disciplina que le caracterizaba; previamente habían coordinado sus tareas para el sábado 29 de junio. Según Peñaranda, Tancara no conocía lo que era descansar y tal vez eso tuvo que ver con su partida prematura de este mundo.
“Cabaret” es un término de origen francés que significa “taberna” y que hace referencia a locales de diversión nocturna en los que se ofrecen espectáculos, no suelen tener restaurante, pero sí bar. Por extensión, en la década de los 90, un exfutbolista de uno de los clubes de fútbol más populares de Argentina, se refirió al mismo como “cabaret” porque en su interior se producían desencuentros, riñas, agresiones y se proferían insultos y mentiras de toda laya.
Mucho de ello estamos viviendo estos días en Bolivia. Veamos:
“No creo que la Vicepresidencia del Estado, no interesa el nombre y el apellido, sea algo útil para el poder Ejecutivo, el poder Legislativo, para la sociedad. En definitiva, si tuviera que hacer algo lo cambiaría por otra figura que más adelante la hablaré cuando no genere la incomodidad que puedo generar, pero la Vicepresidencia no es una institución útil en nuestro país. De hecho, no aporta prácticamente en nada”.