España, el séptimo país del mundo donde la eutanasia es legal
Madrid |
El Parlamento español aprobó definitivamente ayer la ley que despenaliza la eutanasia y regula la ayuda médica para el derecho a morir y a la prestación del sistema nacional de salud.
España se convierte en el séptimo país del mundo donde la eutanasia será legal, tras Países Bajos, Bélgica, Luxemburgo, Colombia, Canadá y Nueva Zelanda.
Podrán solicitarla los mayores de edad que sufran "una enfermedad grave e incurable" o un "padecimiento grave, crónico e imposibilitante" que afecte a la autonomía y que genere un "sufrimiento físico o psíquico constante e intolerable".
Una "Comisión de garantía y evaluación", compuesta por personal médico, de enfermería y juristas, será responsable en última instancia de autorizar cada proceso de eutanasia. El solicitante deberá confirmar varias veces el deseo de seguir adelante y podrá desistir en cualquier momento.
Después de ser enmendada por el Senado, el Congreso respaldó finalmente ayer la ley con el voto a favor de 202 de los 350 diputados, con 141 en contra y 2 abstenciones.
La norma, que entrará en vigor dentro de tres meses, fue impulsada por el gobernante Partido Socialista, apoyada por el resto de los partidos de izquierda, liberales, nacionalistas e independentistas; y rechazada frontalmente por la oposición de conservadores y de extrema derecha.
La ley es motivo de polémica social y política, con un fuerte enfrentamiento dialéctico entre la izquierda y la derecha.
La ministra de Sanidad, la socialista Carolina Darias, aseguró que España avanza en el "reconocimiento de los derechos", así como en una sociedad "más justa y decente".
La diputada socialista y exministra de Sanidad María Luisa Carcedo recordó a todos aquellos que han luchado por conseguir que se apruebe esta ley, que da "libertad para decidir", resaltó.
Por el contrario, el parlamentario conservador José Ignacio Echániz (Partido Popular) se refirió a que "no existe demanda social objetiva", y aseguró que comités de bioética consideran que la ley abre la puerta a "eutanasias no solicitadas" y España puede convertirse en un país de "turismo eutanásico".
La Iglesia en contra
La división social se manifestó en la calle también ayer. Frente al Congreso, familiares de enfermos que lucharon en vida por legalizar la eutanasia celebraron lo que consideran una ley histórica que permitirá evitar el sufrimiento.
Allí se reunieron parientes de Luis de Marcos, enfermo de esclerosis múltiple que falleció en 2017; Maribel Tellaetxe, que murió en 2019 con alzhéimer avanzado, y de María José Carrasco, enferma terminal también con esclerosis múltiple y que se quitó la vida con la ayuda de su marido, Ángel Hernández.
También en la zona, varias decenas de personas se concentraron para protestar contra la legalización, algunas encapuchadas y con guadañas y gritos contra el Gobierno, al que tildaron de "asesino" y "criminal".
Convocados por asociaciones católicas como Abogados Cristianos y Enraizados, los manifestantes portaban pancartas en las que podían leerse lemas como "Gobierno de la muerte", "Protege la vida" o "No hay derecho a matar".
La Conferencia Episcopal Española (CEE) lamentó la aprobación y llamó a favor de la objeción de conciencia y de la "cultura de la vida" para decir con fuerza 'No matarás'.
En declaraciones remitidas a los medios, el secretario general de los obispos católicos, Luis Argüello, consideró "mala noticia" la ley y lamentó que cada año mueran en España 60.000 personas con sufrimiento, según dijo, pudiéndose remediar con una política adecuada de cuidados paliativos.