Litio. Mujeres brillan en el mar de sal
HaEjercer el liderazgo de un grupo de trabajo trae muchos desafíos, pero este puede convertirse aún mayor si es que se trata de una mujer encabezando un grupo de trabajadores conformado por hombres. Esta es la situación que vive el personal femenino que trabaja en la planta de litio, en Potosí, donde por el tipo de trabajo, la cantidad de mujeres es escasa, empero algunas de ellas ocupan cargos jerárquicos y encabezan a grupos de distintas áreas.
Sin embargo, no es el único desafío que enfrentan puesto que al trabajar en la plata de litio, deben alejarse de sus hogares por dos semanas continuas, esto tomando en cuenta que la ubicación de la planta no les permite volver a sus domicilios después de una jornada laboral.
Es por esta razón, que muchas de las trabajadoras no tienen hijos y en caso de que tengan una familia, la situación se complica porque trabajan 14 días continuos y vuelven a sus casas por una semana.
La planta de producción se encuentra en el Salar de Uyuni, en Lippi. En ese lugar es donde se ubica la planta de carbonato de litio. De acuerdo a la organización del trabajo, es en esta planta donde se realiza la extracción de la materia prima y donde se comienza el proceso para la producción.
No es el único ambiente con el que cuenta Yacimientos de Litio Bolivianos (YLB) ya que también tiene una planta en la región de La Palca.
Experiencias
Leonela Guzmán, responsable de laboratorio y jefa interina del departamento de investigación, es una de las mujeres que trabaja en YLB, ella cuenta sus experiencias en la empresa.
“Este año estoy en La Palca, en Potosí, anteriormente trabajé en Uyuni y allí la modalidad es 14/7, me hicieron la transferencia para que se pueda implementar un laboratorio de análisis químico. Se trabaja de lunes a viernes en La Palca. Llevo trabajando 10 años en el área de laboratorio de análisis químico. Trabajaba antes en el laboratorio de Llipi”, comenta.
Si bien, Guzmán tiene a gran parte de su familia en La Paz, por cuestiones laborales ella se trasladó con sus hijos a Potosí.
“No es tanto el tiempo, siempre hacemos trabajo permanente, en casa todavía seguimos haciendo el trabajo como tal. Evidentemente en planta Llipi puedes extender las horas de trabajo porque todo quedaba ahí, mientras que ahora es el transporte a la ciudad y volver a ingresar en la mañana. Uno de manera ajetreada tiene que ir y venir, evidentemente el tiempo ayuda a que puedas tomar cursos por las noches, pero en Llipi no se puede hacer por la jornada laboral, por la señal de internet y por otros factores”, afirma sobre los cambios que ha vivido en los últimos meses.
Sobre el manejo de personal, tomando en cuenta que está a cargo del laboratorio de análisis químico, Guzmán afirma que en sus años de experiencia ha sido un “reto”.
“He empezado desde técnico, desde abajo, me he ido fortaleciendo, porque evidentemente el personal masculino es más duro en sentimiento, en trabajo, en cómo a uno le tratan y gracias a Dios me pude adaptar, tuve que manejar personal. Es algo difícil porque uno le habla, la mujer quiera o no trata de entender, pero el hombre es un poquito más duro de entender algunos aspectos que podría estar pasando dentro del laboratorio, pero pude lograr engranar. El apoyo, quiera o no, de los varones ha sido hacia mi persona, porque las mujeres son escasas en planta”, afirma.
La trabajadora señala que son pocas compañeras en el trabajo, pero también destaca que cuando hay otra mujer existe una especie de competencia continua. “Uno quiere ser mejor que el otro, he encontrado grandes compañeros y amigos, porque siempre les digo a los dependientes que estoy donde estoy es gracias a ellos”, añade.
Aunque parezca extraño, Guzmán cuenta que ha encontrado más apoyo y sustento por parte de sus compañeros varones, que de las mujeres, tomando en cuenta que hay otros factores que inciden como la competitividad.
Asimismo, por el tipo de trabajo encontró predisposición para que puedan mover material que necesitan para el laboratorio.
Leonela afirma que en la planta de La Palca, al menos el 50% del personal es femenino, sin embargo, la situación difiere en la planta de Llipi.
Por su parte, Aleyda Salgueiro asegura que son pocas mujeres trabajando en el Complejo de Llipi, más aún tomando en cuenta que muchos de los trabajadores deben considerar varios aspectos, sobre todo de índole familiar, a la hora de decidir acceder a un puesto laboral en esta empresa.
Salgueiro relata que permanecer en la planta de Llipi tiene aspectos negativos y positivos. Detalla que se pueden extender las horas de trabajo, pero se pierde el contacto cercano con la familia durante las dos semanas que les toca ingresar, es por esa razón que las mujeres que son madres tienen algunas dificultades para tomar responsabilidades en este lugar.
Además cuenta que el estilo de trabajo requiere de mucha fuerza para mover los implementos necesarios para la producción.
A Aleyda le toca encargarse de un grupo de trabajadores que en su mayoría está conformado por varones, pero a esto se suma que ser una de las pocas mujeres que está en el complejo significa también que no se puede compartir algunas inquietudes, dudas o situaciones de índole personal que muchas veces atraviesan.
Si bien el personal masculino también la apoya, según afirma, se hace complicado a la hora de poder exteriorizar sentimientos y temores que surgen en momentos complicados, incluso si estos estuvieran relacionados con el trabajo.
La fuerza que estas mujeres revelan demuestra que sus labores no están exentas de desafíos, algunas de ellas son pioneras en el ámbito de los productos con litio, por lo que también implica máxima concentración en sus fuentes laborales.
De acuerdo a lo que se conoce, en la planta de Llipi, son alrededor de 12 mujeres que ocupan cargos distintos, pero que forman parte de la cadena de producción, por lo que cada una de ellas está poniendo conocimientos, esfuerzo y sacrificio para que sus labores sean eficaces.
En la actualidad, muchas mujeres ocupan cargos de importancia mostrando que el empoderamiento femenino ha crecido y que el manejo de personal no solo está regido por un grupo de hombres profesionales.