Elizabeth Garrón Villegas: “Quiero ser conocida y reconocida como compositora boliviana”
“Te dejo este CD, escúchalo, es de mi vecina, una mujer admirable”, me dijo Carlos Romero, médico amigo. Volví a casa con la tarea de escuchar la música de la vecina, de la mujer que no conocía pero que aseguraban que era admirable. El resto de la historia comienza el lunes de la pasada semana, cuando decidí invadir la vida de Elizabeth Garrón Villegas.
Me esperaba en su sala con una sonrisa que iluminaba su rostro. La charla fluyó como si nos conociéramos de siempre; de inmediato supe que lo que me había dicho Carlos era poco: Estaba ante una mujer hermosa, dueña de una voz que invita a ser escuchada y de una serenidad que es dueña de su cuerpo y alma.
Elizabeth destaca por su voz tanto al hablar como al cantar, cualidad que sabe que posee y que no ha desaprovechado ni en su faceta de madre: “cuando mis hijos eran pequeños les hablaba cantando”. En la Sociedad Coral Boliviana ha cultivado su pasión por el canto, arte que la acompaña desde sus 13 años de edad cuando descubre los misterios de la guitarra.
“CON TODA EL ALMA”
El CD que me llevó hasta su casa parece ser, en realidad, producto de la influencia del vecindario. Su otro vecino, Alex Durandal, junto a otros más, la visitaban todas las semanas, eran noches de guitarreada en las que cantaban “con toda el alma”, cuenta Elizabeth. Producto de esos encuentros, en 2014, comienza a tomar forma su obra musical, que dos años más tarde titularía C@ntando Historias.
Contando Historias es un compilado de doce temas de los cuales once han sido compuestos por Elizabeth y musicalizados por reconocidos talentos nacionales, como Dennis Lacunza, Yuri Mijail Ortuño, Rolando Malpartida y el argentino Martín Petti, a quien contactó a través de Internet: “Martín me hizo una instrumentación fantástica y muy boliviana a pesar de ser argentino”.
Necesito ayuda con la armonía y la instrumentalización, y todos ellos han aportado con su trabajo; he recibido halagos del maestro Lacunza, quien me ha dicho que de 200 alumnos, 20 hubieran hecho una canción como la que compuse y sólo dos la hubieran terminado como yo lo hice”, relata orgullosa Elizabeth.
Le pregunto a esta artista si lee música, me responde que no. Le pregunto entonces cómo se entiende con sus colaboradores, “se los canto; Raúl Ybarnegaray me ha ayudado mucho con ello”, cuenta.
MENSAJES ALENTADORES
C@ntando Historias es un CD ecléctico porque Elizabeth lo es, según los músicos que han trabajado con ella; no tiene preferencia por un género musical en concreto, le gusta cantar de todo, quizá porque se concentra en la letra más que en la música. Elizabeth quiere expresar en sus canciones mensajes alentadores, siempre positivos, de fe y confianza.
El vecindario cantor fue el impulso que necesitaba para sacar este CD, pero su verdadero motor fue la necesidad de hacer y aportar con algo al cariño y dedicación de su familia. “Cuando volví a la casa de mis papás y volví a ser hija, me di cuenta que, ante los mimos y consentimientos de ellos, yo tenía la responsabilidad de retribuir todo lo que hacían por mí, ahí fue cuando empecé a producir ‘C@ntando Historias’”.
¿Tu propósito es vender el CD?, le pregunto. Por supuesto, porque deseo recuperar lo invertido, me dice sonriendo. Su madre que nos acompaña en la conversa, la mira como en señal de reproche y aclara que ese no es de ningún modo el propósito.
ESCLEROSIS MÚLTIPLE
Un día, Ely recibe el consejo de una tía quien, al conocer de sus recurrentes tropezones y caídas, le sugiere realizarse un estudio médico en Chile. El resultado sería la peor noticia de su vida: Esclerosis múltiple, una enfermedad progresiva del sistema nervioso central.
“Comencé con el bastón, en una mano agarraba el bastón y en la otra llevaba mi cartera (sonríe); luego pasé a las muletas, después al burrito, más tarde usé el burrito con asiento y hace 11 años estoy en silla de ruedas”, cuenta.
Esta mujer cantora, de hablar pensado y de voz elegante y madura, apenas mueve los brazos, sus manos son lentas y algo torpes, pero agradece que sea así pues hace algún tiempo no las movía. ¿Quiere decir que estás mejorando? Le pregunto. “En esta enfermedad no hay mejoras, pero he comenzado a consumir ciertos alimentos que me han devuelto la movilidad en mis brazos, ahora puedo comer y hacer otras cosas sola”.
Elizabeth ha aprendido a asumir sus limitaciones como si fueran sus oportunidades, y es que lo son. Cuenta que ve la vida desde otra perspectiva, literal y metafóricamente hablando. Sabe que es su mandato y que Dios ha querido decirle algo con ello.
Por eso es que sus canciones y sus programas en la radio son espacios que aprovecha para llevar un mensaje de fuerza, de fe, de esperanza, de amor y de agradecimiento hacia la vida; la de ella no es fácil, y no lo es no sólo porque sus días transcurren sobre una silla de ruedas, sino porque ha tenido que tomar la difícil pero valiente decisión de separarse de su esposo e hijos: “Yo no quiero que ellos me cuiden”, confiesa.
FUTURO EN USA
Hace cinco años, su familia aprovechó la oportunidad que tenía para gestar un mejor futuro en Estados Unidos. La comunicación con los tres hombres de su vida es diaria y nunca antes tan cercana gracias a la tecnología. Mira, me dice, y me muestra un video del cumpleaños 23 de su hijo mayor: “Me habría gustado estar ahí, pero entiendo que no se puede”.
Ely ha vuelto a ser hija, una hija querida que vive entre algodones, como ella dice. Su madre que nos acompaña todo el tiempo, agradece mi visita. Lo que no sabe la señora es que la agradecida soy yo.
Cierro la computadora, me acerco a Elizabeth y le doy un abrazo de despedida. Apenas puedo hablar, estoy emocionada con su historia de fe, de infinito amor a su familia y de eterno agradecimiento a la vida.
Gracias por tu ejemplo, Elizabeth.
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PERFIL
Nacida en Potosí el 12 marzo de 1969. Es la mayor de cuatro hermanos del matrimonio formado por Víctor Garrón y Clara Villegas.
Casada hace 24 años con Paul Meruvia, con quien tiene dos hijos: Juan Pablo de 23 y Edgar de 21 años. Es licenciada en Ciencias de la Comunicación Social por la Universidad Católica Boliviana San Pablo, sede La Paz (1991).
Ha trabajado en Hábitat para la Humanidad, periódico Gente y radio Sonido de la Vida. Dirige y conduce el programa No te apartes de mí, revista musical, por radio Kanchaparlaspa.