Mariana Dupleich: “Quiero dejar una huella”
Mariana Dupleich trabaja desde hace más de una década en la televisión cochabambina, ella lleva varios proyectos en mente, pero uno de ellos es el servicio a través del periodismo, una labor que ha llevado durante toda su carrera en los medios televisivos. Actualmente, como mamá de tres niños, revela que se siente plena con su familia y ahora tiene en mente una serie de proyectos que podrían ampliar su visión en el ámbito laboral.
—¿Cómo nace tu pasión?
—Son 15 años, ya que llevo haciendo televisión y es magnífico, yo siempre lo digo: he hecho de mi profesión mi pasión, me apasiona mucho el mundo de la televisión, pero más que todo el periodismo, poder servir a la sociedad. Para mí, el periodismo es un servicio fundamentalmente, y me parece que es la forma en la que podemos contribuir algo, dejar una huella, y ese es el objetivo que tengo. Empezó cuando era muy, pero muy chica, acababa de salir del colegio y por una invitación de un medio para realizar una campaña solidaria muy conocida que era la Telemaratón, me invitaron para una oportunidad, luego fui a hacer un casting y quedé entre las seleccionadas. Ahí empecé, cuando ni siquiera estudiaba Comunicación, porque ya me había inscrito a la carrera de Medicina.
—¿Cómo fue el proceso de ese año? ¿Realmente te cuestionaste si era tu pasión, el periodismo, la comunicación?
—Claro, es que ese es el problema que creo que pasa mucha gente, que realmente empezar en la práctica te puede abrir los ojos de algo que quizás ni lo habías imaginado. En mi caso, nunca me había imaginado estar en televisión, es más, cuando mi mamá me dijo “anda al casting”, yo le dije “pero qué voy a hacer si nunca lo he hecho, si no tengo idea”. Al final de cuentas, terminé en la televisión porque me apasionó, fue un mundo que me encantó, creo que quien lo toca ya no lo quiere soltar porque es apasionante, el periodismo es muy lindo y no me tomó mucho tiempo darme cuenta.
—¿Cómo haces para dividir a Mariana entre la mamá, la periodista, la que tiene que ver por sí misma?
—Creo que todo es cuestión de organizarse, es fundamental la organización, el querer hacerlo, el no quejarnos tanto y más bien buscar soluciones, pero a mí personalmente me ayuda mucho que tengo gente que trabaja conmigo desde hace muchos años. Me ayuda mucho el tener a mi familia, a la familia de mi esposo, entonces estamos juntos en esto.
—Al ser mamá, tienes más responsabilidades, incluso más miedos, ¿no?
—¿Sabes qué? Eso es verdad, me he vuelto supermiedosa, me he vuelto miedosa a todo. Me da miedo viajar en aviones, cuando voy con mis hijos, me da miedo cuando estoy con mis hijos, me da miedo cuando estoy sin mis hijos, es decir, me he vuelto supermiedosa. Antes me podían decir “lánzate un paracaídas”, me lanzaba; me podían decir “haz este deporte extremo”, hacía. Ahora, ni aunque me paguen, ni aunque vengan y me lo pidan, imposible, imposible, es algo que no está en mis planes y que todos me dicen “cómo no vas a vivir esa experiencia, es increíble”. Digo “bueno, que se quede en la duda porque no, no lo haría jamás”.
—¿Alguna vez te cuestionaste si podías dejar de trabajar, estar con tu familia o siempre tuviste marcado qué querías hacer?
—En realidad, creo que no me limita el trabajar, el estar con ellos; sí, quizás no estoy todos los días, pero para mí es más importante el tiempo de calidad, entonces dejar de trabajar para mí ahora no es una opción y no sólo viéndolo del ámbito económico, por supuesto que sí estamos pasando por tiempos difíciles, pero es una pasión la que yo siento. Dejar de trabajar sería como renunciar a algo que me hace feliz, entonces no es justo tampoco conmigo misma.
—¿Alguna vez viviste una situación de machismo en la que te hayan minimizado por ser mujer?
—No minimizado, pero, por ejemplo, yo creo que los trabajos, no hay un trabajo que tenga que ser de hombre o un trabajo que tenga que ser de mujer. No me ha pasado a mí personalmente, pero sí he visto. Ahora me acordé de uno, me pasó cuando di unas clases de televisión hace muchos años, me contrataron para dar unos cursos de televisión. Y, claro, todavía era joven, entonces cuando llegué al aula había personas de diferentes edades. Cuando llegué al aula, los saludo a todos y me acuerdo de que un señor dice: “¿Eres la docente o eres invitada?”. Y yo le digo “No, yo les voy a dar la clase de televisión”. Y me dice: “¿Y por qué vos?”. Y yo le digo: “Porque yo voy a ser la que da la clase, porque para mí me han contratado para dar la clase”. Y me dice: “¿Y no había un profesor hombre?”. Y le digo: “No, no había un profesor hombre, pero hay tantas otras universidades y tantos otros cursos que puedes optar por irte”.
—Algo que me llamó la atención, Mariana, es que tú primero empezaste trabajando en televisión y luego empezaste a estudiar la carrera para estar más preparada. Pero me gustaría saber tu opinión, ¿qué opinas sobre que hoy en día hay muchos periodistas que no llegan a estudiar la profesión, que tienen otras áreas laborales?
—Eso es algo que se dice mucho, me parece que a veces uno llega a los espacios porque tiene talento y a veces no lo descubrió. Yo me pongo a pensar, por ejemplo, ¿qué pasaba si yo terminaba la carrera de Medicina y un día me invitaban a hacer televisión y salía ese gusto oculto que yo tenía por la televisión y que no lo había descubierto, pero por detrás tenía otra carrera, quizá uno en la práctica va ganando experiencia?