República de Croacia, la joya escondida del Adriático
Hoy, 25 de junio se celebra 20 años de la independencia de la República de Croacia. Es un país de reciente creación cuya historia, hasta finales del siglo XX, ha estado muy ligada a la de la ex Yugoslavia.
Croacia ha sido un enclave privilegiado en las rutas de tránsito, un cruce significativo de grandes civilizaciones que han dejado su huella. Sin duda, su excelente ubicación geográfica ha sido una de las causas para que este país guarde tanta riqueza cultural.
Así, en este país la rica herencia cultural no se descubre solamente dentro de los numerosos museos e iglesias que, hoy por hoy, son monumentos de la más alta categoría e inevitable capítulo en la lista de la herencia cultural del mundo reconocida por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), sino que, al contrario, es un lugar mágico en la región del Mediterráneo en el que la más breve caminata se convierte en el descenso por las antiguas escalinatas de una rica y gloriosa historia.
Cada paso dado en esta tierra es siempre una nueva experiencia, porque en su territorio convergen noblemente y se complementan cuatro círculos culturales: occidente, oriente, el espíritu centroeuropeo y el del mediterráneo.
La República de Croacia se encuentra ubicada en Europa Central. Hacia el suroeste bordea el Mar Adriático. Croacia limita con Eslovenia y Hungría al Norte; con Serbia por el Noreste, con Bosnia-Herzegovina al Este y con Montenegro por el Sur. Croacia se divide en 20 condados.
Zagreb es la capital de la República de Croacia. Es el principal centro financiero, universitario y comercial que supera el millón de habitantes. Es una metrópoli europea que los visitantes la recuerdan por el encanto de su centro y la hospitalidad de sus ciudadanos.
Croacia es miembro de las Naciones Unidas, la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa, el Consejo de Europa y fue miembro no permanente del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas por el período 2008-2009. El país también es candidato oficial para formar parte de la Unión Europea y es miembro de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) desde el 1 de abril de 2009, convirtiéndose así en la segunda nación ex yugoslava en ingresar en esta alianza militar después de Eslovenia. Adicionalmente, el país es miembro fundador de la Unión para el Mediterráneo desde su creación en 2008.
Un poco de historia
Los croatas son un pueblo de origen eslavo-dinárico, allí se mezclaron con otros pueblos eslavos adquiriendo su lengua y costumbres. Posteriormente, volvieron a emigrar y se establecieron en la Croacia histórica (Zagreb y sus alrededores) durante el siglo VII. A partir del siglo IX, Croacia se convirtió en uno de los reinos más poderosos de la región combatiendo con éxito a ávaros, búlgaros y magyares. En 1102, a raíz de una unión nupcial, los croatas aceptaron formar un reino conjunto con Hungría.
Hacia mediados del siglo XIII, el reino húngaro fue fuertemente impactado por la expansión Otomana, la cual llevó al parlamento croata (Sabor) a invitar a los Habsburgo, bajo el reinado de Fernando I, a asumir el poder sobre Croacia. El reinado Habsburgo eventualmente probó ser exitoso combatiendo a los otomanos y hacia el siglo XVIII, gran parte de Croacia se encontraba libre del control turco, mientras que parte de Dalmacia permaneció bajo el control de Venecia.
En 1868, Croacia ganó autonomía nacional a la vez que permanecía bajo autoridad húngara. Luego de la Primera Guerra Mundial y la caída del Imperio Austrohúngaro, Croacia se unió al Reino de los Serbios, Croatas y Eslovenos (el cual se convirtió en Yugoslavia en 1929). Yugoslavia fue invadida durante la Segunda Guerra Mundial y Croacia fue convertida en el Estado Independiente de Croacia. Tras la derrota de las fuerzas del eje, Yugoslavia se convirtió en un estado socialista independiente y federa.
Cuando Croacia declara su independencia de Yugoslavia en 1991, los serbocroatas (que habitaban las regiones de Krajina y Eslavonia) se niegan a secundar la secesión de la República Federal Yugoslava y, apoyadas por el ejército federal yugoslavo, se independizan de Croacia como la República Serbia de Krajina. Tras cuatro años de luchas esporádicas, el gobierno croata logra desalojar a gran parte de las fuerzas serbias en Krajina.