¿Por qué el visado a Israel y EEUU azota al turismo en Rurrenabaque?
Cientos de jóvenes israelitas, de entre 22 y 24 años, llegaban a Rurrenabaque tras culminar el servicio militar en su país. También arribaban turistas norteamericanos. Todos expectantes de ingresar al Parque Nacional Madidi, uno de los más grandes y ricos en biodiversidad.
Y es que Rurrenabaque fue elegido en 2020 como el tercer mejor lugar para visitar en el mundo por el diario estadounidense New York Times.
Pero la decisión del Gobierno de Luis Arce Catacora de retomar la exigencia del visado para los turistas de estas nacionalidades devasta la esperanza de reactivación de la actividad turística en Rurrenabaque, que ya fue golpeada por la pandemia del Covid-19.
Maritza la Torre, presidenta de la Cámara Regional de Turismo de Rurrenabaque (Caretur), afirma que esa decisión gubernamental cayó como un balde de agua fría a las 21 empresas que prestan servicios de turismo en esta región del país. La medida también afecta a gran parte de la población de este municipio que tiene alguna actividad vinculada al turismo.
La llegada de ciudadanos israelitas siempre fue importante para Rurrenabaque. Según La Torre, al menos un 35 por ciento de cerca de 20 mil turistas por año eran israelitas. El número de visitantes israelitas bajó al 10 por ciento en 2015 cuando el Gobierno de Evo Morales decidió exigirles visa.
En diciembre de 2019, el Gobierno de Jeanine Áñez anuló ese requisito, pero al poco tiempo llegó el confinamiento por el ingreso del coronavirus. Ahora, cuando el sector se alistaba para el ingreso de más turistas israelitas y norteamericanos, Arce Catacora retomó la obligatoriedad del visado.
La Torre describe al turista israelí como un segmento que no es de alto gasto, pero en compensación, es el que permanece más tiempo en el destino. Esto representa un importante dinamismo para la cadena productiva, porque los jóvenes visitantes optan por comer en pensiones, tomar un mocochinchi o comer una empanada en cualquier esquina.
Álex Villca, vicepresidente de la Caretur, destaca la permanencia de entre dos y tres semanas de los turistas israelitas, quienes optan por el turismo de aventura caracterizado por largas caminatas y campamentos en medio de la naturaleza. Esto genera empleo para las poblaciones locales, en algunos casos indígenas, que ofrecen sus servicios como guías.
Sin embargo, los visitantes norteamericanos y europeos demandan un servicio más selectivo y mejor remunerado. A decir de Villa, buscan recorridos cortos entre tres a cinco días por el Parque Nacional Madidi y el Área Protegida Municipal Pampas del Yacuma. Allí realizan caminatas de interpretación, observación de vida silvestre, aprendizaje de la cultura local, paseo en canoas, observación de aves, entre otras actividades.
Para Villca, la exigencia del visado no sólo restringe la llegada de turistas israelitas o norteamericanos, sino de todo el mundo porque se muestra una imagen de poca apertura y amistad.
También restringe de oportunidades económicas a grupos vulnerables como los pueblos indígenas que habitan en la zona y que participan en la cadena turística. Según Villca, se induce a estas poblaciones vulnerables a migrar a actividades de carácter extractivo.
Sector turismo pide anular la medida
Un pronunciamiento del sector de turismo de Bolivia, encabezado por la Cámara de Operadores de Turismo (Canotur), indica que la restitución de visas a ciudadanos de Israel y Estados Unidos contribuye a profundizar la crisis económica del turismo en lugar de propiciar la reactivación.
“El país tiene actualmente limitaciones de conexiones aéreas y si sumamos esta exigencia de visas a mercados emisores importantes para el país sólo provoca el desinterés en visitar, aun cuando existan vuelos directos, caso EEUU a Bolivia”, dice el documento y más adelante pide revisar la medida y eliminar la exigencia de visas de ingreso a Bolivia a ciudadanos de mencionadas nacionalidades.