Mal olor de la morgue afecta a niños quemados
Los olores nauseabundos que emanan de la morgue que comparten el Ministerio Público y el Hospital Viedma, en las antiguas instalaciones del complejo hospitalario, ha obligado a que una guardería y el pabellón de quemados del hospital infantil Manuel Ascencio Villarroel trabajen a puertas cerradas. De acuerdo con una última inspección realizada, hay siete cadáveres abandonados desde hace tres meses en bolsas plásticas y sin refrigeración.
Ante el riesgo de que se desate un problema sanitario en el lugar, el Servicio Departamental de Salud (Sedes) anunció que realizará una inspección y emitirá las disposiciones, para que tanto el Hospital Viedma como el Ministerio Público devuelvan los cadáveres que están detenidos por deudas como aquellos que no han sido identificados.
Los encargados de la guardería y del pabellón de quemados han pedido que, además, el traslado de la morgue a un lugar donde no afecte a los niños. El director de la Unidad de Quemados, Óscar Romero, aseguró que es necesario el traslado de la morgue de forma urgente debido a que los cuerpos acumulados por más de tres meses generan malos olores y significan un foco de contaminación que puede afectar al pabellón de quemados que trabaja con niños de alto riesgo.
Romero aseguró que los malos olores deben ser soportados por pacientes, personal médico y visitas, que sufren además dolores de cabeza y malestar general por la contaminación en el aire. “Para evitar esto se deben cerrar puertas, ventanas y se ponen a funcionar los ventiladores”.
Pero lo que más preocupa al médico son los niños quemados que, ante la invasión de cualquier bacteria, pueden tener un diagnóstico complicado. “Tomamos todas las medidas necesarias para evitar que la contaminación del lugar perjudique a nuestros pacientes, pero estando tan cerca cualquier bacteria podría contaminarnos”, dijo.