Wojciech Jagielski “La historia se repite, no aprendemos nada de los errores”
El periodista polaco Wojciech Jagielski, que cubrió Afganistán durante una década entre 1992 y 2001, ve con asombro cómo una vez más la historia del país asiático se repite, con el regreso de los talibanes al poder, sin que aparentemente se haya aprendido nada de los errores del pasado.
Jagielski (1960) hace un repaso en su libro de referencia “Una oración por la lluvia. Historias de Afganistán” (Debate, 2008) de los hechos más relevantes del último medio siglo en el país, como el inicio de la ocupación soviética en 1979, la aparición de los talibanes durante la guerra civil o su llega al poder en 1996.
Este libro es la crónica de un reportero que pasa de entrevistar en las montañas al líder guerrillero Ahmad Shah Massoud, conocido como “el león de Panjshir”, a interactuar con talibanes o la población civil en un Kabul destruido por los bombardeos.
Pero el periodista no ha perdido el contacto con el país, mostrando un profundo conocimiento del Afganistán de antes y de ahora.
- Es increíble cómo la historia de Afganistán se repite, una y otra vez.
La historia debería enseñarnos algo, pero no aprendemos nada, no solo nosotros, los afganos no están aprendiendo. Han estado en guerra durante casi 50 años (...) Deberíamos aprender al menos las lecciones de los rusos.
Cometimos los mismos errores, al final sucedió casi lo mismo.
(Tras miles de muertos en sus filas los soviéticos abandonaron Afganistán en 1989, desatándose una guerra civil que enfrentó a los diferentes señores de la guerra del país. En 1994 el surgimiento del movimiento talibán fue visto con alivio frente a la violencia y el caos, y en septiembre de 1996 los talibanes entraron en Kabul sin apenas resistencia, manteniéndose en el poder hasta la ocupación estadounidense en 2001.
Dos décadas después, el pasado 15 de agosto, los talibanes recuperaron la capital y poco antes de la medianoche del 31 de agosto, las últimas tropas estadounidenses abandonaron el país).
- ¿Cómo se explica que la ofensiva de los talibanes pudiera ser tan rápida, sin apenas oposición de las tropas afganas?
En casi dos semanas, desde principios de agosto, cayeron 33 de las 34 capitales provinciales.
La principal razón por la que se rindieron, por la que no se enfrentaron a los talibanes fue el acuerdo entre Estados Unidos y los talibanes firmado en febrero de 2020 (en Doha, que marcó la retirada de las tropas estadounidenses del país). Fue ese acuerdo (...) el que mostró al Ejército afgano que los políticos habían fracasado y que los estadounidenses vendieron Afganistán. ¿Había alguna razón para luchar?
Además cuando los talibanes firmaron ese acuerdo sabían que podían prepararse para la ofensiva. Empezaron a ocupar las zonas rurales, nada espectacular, y no nos importó. Luego fueron los distritos, y aún no nos importaba (...)
En mayo tenían casi todos los distritos, y fue suficiente para que todo se derrumbara.
(Jagielski enumera también otros puntos, como creer que las tropas afganas eran 300.000 cuando en realidad su número era similar al de los talibanes, de unos 100.000, que los estadounidenses no confiaran nunca en las tropas afganas o el intento fallido de crear un Ejército nacional en un país de grandes divisiones tribales).
- Vuelvo a pensar en lo que pasó en 1996 y ahora, en cómo entraron en Kabul los talibanes sin luchar.
Es el mismo caso. La primera vez que estuve en Afganistán fue en 1992, cuando los muyahidín entraron en Kabul. Una vez más se debió al colapso del Gobierno, al colapso del Ejército y no se libró una gran batalla por Kabul. En 1996 fue Ahmad Shah Massoud quien estaba a cargo de Kabul y cuando se dio cuenta de que no tenía ninguna posibilidad en la batalla con los talibanes, decidió retirarse de Kabul a (la provincia de) Panjshir, dejando a los talibanes entrar en la ciudad sin luchar.
Los afganos luchan así, son pragmáticos. (...) “Es una estupidez luchar contra enemigos más fuertes. Es mejor retirarse y esperar que la situación cambie”, me decían.
- ¿Y qué opina de los talibanes? ¿Han cambiado algo desde los años 90?
Es una ironía y también una alegoría para nosotros. Anunciaron el nuevo Gobierno (el pasado 7 de septiembre) y son exactamente los mismos que estuvieron a cargo de Afganistán hace 20 años.
No cambiaron, son igual de pragmátiscos, pero ahora tienen más que ofrecer y los necesitamos más de lo que los necesitábamos hace 20 años. Pero sería ingenuo, o estúpido de nuestra parte, esperar que pongan a mujeres en el Gobierno. (...) ¿De verdad esperan que los talibanes pongan mujeres en el Gobierno cuando fueron ellos quienes ganaron la guerra, no Occidente? Y hay que recordar una cosa: nunca dijeron que no permitirían que las niñas vayan a la escuela o las mujeres trabajen, lo que dicen es que es pecado si se mezclan hombres y mujeres fuera de casa.
61 años tiene el periodista
que trabajó para el diario polaco, Gazeta Wyborcza, fue corresponsal para la cadena BBC, y ocasionalmente trabajaba para Le Monde.
JAGIELSKI DICE QUE UNA GUERRA CIVIL SERÍA LO PEOR
REDACCIÓN CENTRAL
El periodista polaco Wojciech Jagielski advirtió que para Afganistán lo peor sería otra guerra civil.
“Es lo peor, peor incluso que el peor gobierno talibán”, sostuvo.
Más adelante, señaló que los talibanes en el pasado no se dieron cuenta de lo complejo que es el mundo, porque pensaban en el Corán, la sharía, que todo está escrito (...).
“La nueva generación sabe bastante bien cómo está organizado el mundo, no son tan simplistas como sus padres y se trata de una oportunidad para no cometer sus errores”, añadió.
Jagielski comentó que sería otra ironía “que hubieran sido ellos los que aprendieron de sus errores, y no nosotros, los listos”.
Obra
El libro “Una oración por la lluvia” es fruto de 10 años de viajes a Afganistán y a los países vecinos, entre la primavera de 1992 y el otoño de 2001.
Con su ágil pluma de reportero, Jagielski cuenta de modo magistral la historia reciente de un país destrozado por la guerra, que nunca ha aceptado una dominación extranjera pero que tampoco ha sido capaz de unirse en torno a un centro de poder.
Jagielski ha recibido, entre otros, el premio anual de la Asociación de Libreros y Editores Polacos y el premio de periodismo Dariusz Fikus.