Salud y educación en escorzo
Es peculiar una disputa entre una pedagoga y un economista. Algo les une, tanto la pedagogía como la economía tienen origen doméstico (educar a los niños y cuidar una casa) y el imperio contemporáneo de reducir el accionar humano a ecuaciones econométricas. Un jab puede ser recibido como un directo. ¿Bs 100 millones destinados a la construcción de un nuevo edificio del MEFP no debieron ser invertidos en salud, educación y apoyo al emprendimiento individual?
Lo físico y lo intangible (el software y el hardware) son reducidos al uso del dinero en cifras y porcentajes; lid en la esquina de las estadísticas. Educación, salud e incluso emprendimiento individual tienen otras aristas, son más software que hardware; más que infraestructura, conocimientos, sapiencia, aprendizaje, tecnología. La Organización Económica de Cooperación y Desarrollo (OECD) propuso un modelo de medición financiera del conocimiento (aplicable a educación y con empeño a salud): los Inputs (gastos en investigación y desarrollo); los Inventarios y su Flujo (lo creado de manera autónoma, la apropiación, difusión de información, la intervención universitaria), y los Outputs (número de innovaciones y aportes tecnológicos a la sociedad). Todo es contable.
100 millones, una nadería comparados con 35.449 millones; en la aritmética del viceministro menos de 0,1% (más bien 0,28%). Una linterna en una noche obscura o un reflector en una fiesta. El presupuesto de educación creció desde el 2005 hasta el 2016 en 498% y el de salud 527% (se les destinaba 8,5%, ahora 13,5% del PIB); el salario básico creció 400% (de 440 a 1.805 Bs), y el número de ítems sigue un crecimiento vegetativo, 2%. Los sueldos y salarios, como sostiene el viceministro “son gastos recurrentes y se incrementan anualmente”. Lo hicieron, pero menos que el presupuesto; en 2005 representaban el 59%, el 2016, son el 43%. Casi es juego de suma cero (el PIB real del 2005 es prácticamente igual al del 2015); la parte agraciada pasa de tener 41% a 57%, frescos 16% (5.672 millones de Bs); se destina a activos fijos y ahí está el intríngulis. A excepción de los terrenos, los activos fijos se deprecian o son mal utilizados. Se construyen escuelas, hospitales y el edificio de marras. El acabado de las UE es rudimentario, mejora en los hospitales, y es refinado en el último. Los tinglados en las UE, los equipos en los hospitales y las ambulancias pronto serán chatarra.
Lo diminuto es llamativo como una espinilla en la nariz de una diva. Las inversiones pueden ser o insuficientes o inadecuadas: colapsos en los hospitales públicos y otros sin uso, el Presidente para una cirugía menor opta por una clínica privada; el edificio del ministerio llamó la atención por la cuenta de muebles y enseres, y entre estos, las alfombras persas (no se deprecian, son obras de arte, incrementaban el patrimonio del Estado).
El tercer round: desde el 2005 hasta el 2016 se crearon 207.617, algunas se cerraron, queda un gran saldo. Entre la apertura de empresas y el PIB hay una correlación positiva: crece el PIB, crece el número de empresa; crece número de empresas, crece el PIB; lo mismo se da de bajada. El 2013 se llegó a la cresta de registro de nuevas empresas, desde entonces cae al 8%; la cancelación de registros el 2016 se disparó al 57%, (es petardo); no todo anda mal, se crearon 192 nuevos servicios en salud en el último periodo-datos de Fundempresa. Para estudiar lo real siempre se parte de una hipótesis; el análisis objetivo (números y estadísticas) la prueba o la falsea.
El autor es administrador de empresas.
Columnas de GUSTAVO L. QUIROGA MERCADO