El panorama está empeorando para las mujeres
UNIÓN NACIONAL DE INSTITUCIONES PARA EL TRABAJO DE ACCIÓN SOCIAL,UNITAS
El mundo es testigo de cifras estremecedoras sobre las violaciones a los derechos de las mujeres. Un estudio de la ONU de 2018 reveló que, cada día, aproximadamente 137 mujeres mueren a manos de sus parejas o de algún miembro de su familia.
De acuerdo con el Estudio Global sobre Homicidios Relacionados a Género contra Mujeres y Niñas, realizado de la ONU, de 2018, se registraron 87.000 mujeres asesinadas en el mundo, de las cuales 50.000 fueron víctimas de sus familiares o parejas.
La OMS estima que al menos 35% de las mujeres ha sufrido violencia física o sexual, y que solo el 40% de las víctimas se ha animado a denunciarla, aunque muchos dirían que “se ha atrevido”.
Ante estas cifras, los gobiernos del mundo, entre ellos el boliviano, han previsto acciones para combatir esta realidad: se han promulgado normas, diseñado y rediseñado planes, creado instituciones y nombrado autoridades para que las dirijan, se han realizado declaraciones de días, meses, e incluso años de lucha contra la violencia hacia las mujeres. Se han creado juzgados especializados, se ha visto a algunas autoridades marchar al lado de las víctimas y de sus familiares.
Hemos presenciado de todo, menos avances e impactos directos en la vida de las niñas y las mujeres. Nos enfrentamos a un incremento constante de los índices de feminicidios y actos violentos contra las mujeres, dando cuenta de la creciente brutalidad con la que se ejecutan.
Nos enfrentamos a líderes nacionales que se limitan a discursos y declaraciones, a instituciones que desamparan a las víctimas, llegando a encubrir a funcionarios públicos o a aliados culpables por estos delitos.
Nos enfrentamos a una justicia machista conformada por jueces, fiscales y operadores de justicia que minimizan la gravedad de la situación y favorecen la impunidad, ultrajando la memoria de quienes ya no están, revictimizando a quienes sobreviven y dañando profundamente a sus familiares.
Nos enfrentamos a una sociedad que se mantiene indiferente, o que ha decidido tomar posturas que, lejos de apoyar a la causa, ha iniciado un movimiento en el que se menosprecia la gravedad de la violencia contra las mujeres, ignorando la situación de vulnerabilidad a la que estas víctimas se enfrentan.
En Bolivia, desde la promulgación, hace siete años, de la Ley 348 –que garantiza a las mujeres una vida libre de violencia– lamentamos 702 feminicidios, de los cuales 27 se han perpetrado en los últimos 68 días.
Lamentamos que solo el 48% de las mujeres bolivianas goce de una fuente de empleo, con ingresos menores a los de los hombres, e incluso sin acceso a beneficios sociales en algunos casos, ocupando sistemáticamente empleos de menor calidad.
Lamentamos que, solo durante 2019, se hayan registrado 37.240 casos relacionados a la violencia contra la mujer en el sistema judicial. Lamentamos que, en promedio, se viole a una mujer cada tres horas.
Pero lo que más lamentamos es que los responsables de estos actos queden en la impunidad, escudados por un sistema que ha naturalizado la violencia contra las mujeres.
Exigimos voluntad política y conciencia de parte de las autoridades, para que se genere un cambio real y positivo. Exigimos que los funcionarios públicos asistan de manera oportuna y adecuada a toda víctima que busque ayuda y protección.
Exigimos rectitud a jueces, fiscales, operadores de justicia y Policía, para que se procese de manera adecuada a los responsables de los delitos cometidos. Exigimos empatía, sensibilidad y sentido común a la sociedad boliviana, para que juntos podamos transformar la mentalidad y patrones culturales que reproducen la inequidad y desiguales relaciones de poder.
Exigimos que el Estado, en su integridad, cumpla con las obligaciones que ha adquirido, y que inicie acciones efectivas de defensa de los derechos de las mujeres, porque por ahora, el panorama está empeorando.
Pronunciamiento en el marco del Día Internacional de la Mujer
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