Choquehuanca, un aymara en el poder del MAS
Escuchando el discurso de los nuevos jilakatas, quedé confundido por un momento: pensé que Choquehuanca, con su discurso de aymara conciliador y colectivo, era posesionado como Presidente y, Arce Catacora como Vicepresidente y nuevo verdugo del poder en Bolivia. Reconozco un atisbo de confianza en David Choquehuanca pues, en un análisis general, fue el menos expuesto al aparato demoledor y corrupto de Evo Morales. Su figura política como canciller y miembro activo del masismo estuvo, entre un perfil bajo y mediocre, en el primer caso, y esquivo, prudente y cuestionador, en el segundo.
Choquehuanca tendría que ser el que equilibre los posibles desajustes en el gobierno masista de Arce Catacora y filtre las órdenes supremas del jefazo que aún piensa y actúa como le cantan sus incontinencias verbales y sus aspiraciones a presidente inmortal.
Arce Catacora es, indirectamente, el invitado menos inesperado y deseado, máxime si el mismísimo masismo, cacique incluido, jamás se imaginaron que ganarían con el 55%.
Pero el carro reacondicionado y maquillado del MAS ya se echó a andar. Los decanos y fundadores del aparato corruptor que funcionó 14 años ya están libres, prestos a seguir dando órdenes y sirviendo de guías espirituales en pos de “cuidar a Lucho” de posibles ataques por la retaguardia.
Choquehuanca está a contrapelo. Es una suerte de llanero solitario que, directa o indirectamente, todavía representa al universo aymara profundo y de temple. El poder del MAS (primera entrega) jamás cuajó como un movimiento fiel a las aspiraciones y presupuestos del universo indígena originario, a sus necesidades de etnodesarrollo: económicas, políticas y de autogestión. Esa fue una estafa que acabó en una gran farra multicolor y show mediático que duró 14 años.
A poco de cumplirse un mes, con Luis Arce Catacora como nuevo presidente, las preguntas fundamentales son: ¿El jefazo aceptará en su feudo la existencia de dos MAS distintos? ¿Admitirá un MAS un tris depurado? ¿Un MAS menos proclive a delinquir? ¿Un MAS autónomo y libre de imposiciones?
Por más esfuerzos que se haga al interior del nuevo Gobierno por rayar una delgada línea azul entre los dinosaurios y los imberbes, las responsabilidades y las habilidades impuestas por el mandamás siempre estarán latentes: por encargo, por imposiciones o simplemente porque Evo jamás aceptará que esta nueva versión masista esté exenta de las “joyitas” que se gastaba en su elite de poder. Si se atisbara alguna diferenciación, la trampa estaría en evidencia. El MAS de Evo, se corroboraría, fue la versión más corrupta, antidemocrática y delincuencial. La “nueva versión” del MAS es, pese a todo, alentadora. Y eso, el Jefazo, nunca lo aceptará.
En cristiano, Arce Catacora es el Presidente, pero Evo es el dueño del partido.
Como escribió George Orwell en 1984 “El poder consiste en hacer pedazos las mentes humanas y volver a unirlas en las nuevas formas que elijas”:
—¿Cuántos dedos ves aquí Winston?
—Cuatro
—¿Y si el partido te dijese que son cinco?
Choquehuanca es pieza clave e incómoda en las proyecciones de Evo. Por eso mismo, creo que es necesario fijar la mirada en la Vicepresidencia como pieza fundamental para interpretar las turbulencias en el Gobierno. No digo que sea el salvador y el parteaguas fundamental. Pero, cuando menos, creo que sigue siendo un hombre que antepondrá la transparencia y la claridad a la hora de rendir cuentas a los ciudadanos.
La historia de los indeseados e incómodos dice que poco a poco se van quedando solos, forzados a un aislamiento político. Hasta que, al final, no tienen otra forma de subsistir que unirse a sus torturadores.
Choquehuanca no lo hizo durante los 14 años de orgía política. Esa es, desde mi punto de vista, una señal intermitente que indica cierta discreción.
No confío en Arce Catacora, me parece que está en una posición de constante escrutinio, por el MAS de los dinosaurios y por su mismo Jefazo. Es un hombre timorato, acostumbrado a obedecer. La escala de mando, especulo, sería de la siguiente manera: sectores sociales piden más de lo necesario, acostumbrados a que su padre putativo les conceda, en un abrir y cerrar de ojos, todo lo que deseen. No lo harán vía Arce, para eso está Evo. Para escuchar y recibir sugerencias y, a su vez, este se lo “hará conocer” a su pupilo: Lucho, los sectores sociales quieren esto y lo otro, nos debemos a ellos, “gobernar obedeciendo al pueblo, ya sabes”. Y Lucho ya sabrá lo que tiene que hacer.
Por lo demás, creo que aún seguiremos en el barco del populismo y la demagogia. La injusticia y la impunidad, la persecución y la intimidación. En estos 18 días de gobierno, salieron de las celdas los que, pese a su libertad, aún tienen cuentas pendientes con la justicia, y entrarán los que sean nombrados por obra y gracia de la vendetta: algunos perseguidos, intimidados y amenazados.
“El populismo es la democracia de los ignorantes. A veces sirve para sublevar contra problemas reales, pero no para solucionarlos. Busca revancha, pero no reforma”, sentencia el filósofo y escritor Fernando Savater.
Siempre consideré que las causas justificadas para que el populismo se robustezca como un fenómeno político engañoso son el desgaste sistemático en las formas de gobierno que institucionalizaron feudos políticos en capas sociales poderosas.
Fueron en estas circunstancias, en las que surgieron los Melquíades, ofreciendo el oropel vacuo, descubriendo maravillas para convertir la basura en oro.
El autor es comunicador social
Columnas de RUDDY ORELLANA V.