Vaya pretensión
Bolivia está en puesto número 22 en la lista de exportadores mundiales de cloruro de potasio (Banco Mundial). El fertilizante sale del salar de Uyuni (Potosí). Sin embargo, este lugar en el planeta no la conecta para nada con la industria del litio. El cloruro de potasio es un fertilizante y no se usa para la electromovilidad.
El año pasado, tras un lustro de avances, Bolivia inauguró su primera planta de carbonato de litio. Hoy, la planta está semiparalizada. Le falta la materia prima, el litio, para operar.
El carbonato de litio sí es un componente de la batería.
Hace tres años, el Gobierno boliviano decidió que las más de 100 piscinas construidas para extraer litio por evaporación no son eficientes. Dinero al agua.
Se decantó entonces por la llamada extracción directa de litio (EDL), una nueva tecnología que subiría el rendimiento del material acumulado del 20 al 90 por ciento. A su vez, acaba de poner en la cárcel al principal responsable de aplicar el método de evaporación.
Resumen: Bolivia ha puesto los bueyes a empujar la carreta. Tiene dos plantas que carecen de materia prima.
La parte cómica de este asunto tan espinoso es que Bolivia ya le ofreció a México, en abril de 2022, asesoría en la materia. La pretensión era que los mexicanos, que no tienen litio sumergido, sino en arena, aprendieran de los bolivianos.
Vaya, pues resulta que el maestro está reprobando vergonzosamente. Sí, México puede aprender de Bolivia, pero lo que no hay que hacer.
Columnas de LA H PARLANTE