Del neopopulismo al neoliberalismo
La Constitución Política declara en su artículo 1 que Bolivia es un Estado Unitario Social de Derecho Plurinacional Comunitario, intercultural y con autonomías. En su artículo 2 garantiza el dominio ancestral de las naciones y pueblos indígenas originarios sobre sus territorios y su libre determinación en el marco de la unidad del Estado.
Entre los artículos 30 al 32 detalla los derechos que el Estado les reconoce, entre ellos el ser consultados cada vez que se proyecten medidas legales susceptibles de afectarles. En el numeral II del artículo 98 señala que el Estado asumirá como fortaleza la existencia de culturas indígenas originarias que son depositarias de saberes, conocimientos, valores, espiritualidades y cosmovisiones. Mediante los artículos 190, 191 y 192 les reconoce a las naciones el derecho a tener un sistema propio de administración de justicia basado en sus principios, valores culturales, normas y procedimientos propios.
Dando cumplimiento a esas normas, Evo Morales emitió en octubre del año 2011 la Ley 180 que otorgó al Territorio Indígena Parque Nacional Isiboro-Sécure (Tipnis) el carácter de “patrimonio sociocultural y natural, zona de protección ecológica, reproducción histórica y hábitat de los pueblos indígenas chimán, yuracaré y mojeño” y, en consecuencia, la condición de indivisible, imprescriptible, inembargable, inalienable, irreversible e intangible. En mérito a todo lo cual, prohibió el asentamiento de grupos extraños a esas etnias y manifestó que ni la carretera de Villa Tunar a San Ignacio de Moxos ni ninguna otra atravesarán ese territorio.
Existe otra área protegida que es el Parque Nacional Madidi, entre los departamentos del Beni y La Paz, en la que tienen asiento las comunidades mosetenes, lecos, tacanas, araonas, chimanes, uchupiamonas, que está en riesgo de que 771 kilómetros cuadrados de esa zona sean inundados para construcción de una represa según un proyecto hidroeléctrico que, además, dará como resultado la deforestación de más de 80.000 hectáreas y el traslado de varios miles de personas a otras regiones.
Los dirigentes del Movimiento al Socialismo declararon que siempre serán “abanderados y defensores de la Madre Tierra” hasta “con su vida” y que “jamás mercantilizarían los bosques”. Hoy en alianza con empresarios industriales y comerciales, están empeñados en la ejecución de las mencionadas obras en contra de acciones intentadas por los habitantes de esas zonas en defensa de sus derechos, inclusive en el ámbito internacional y, además, en deforestación de los bosques para empresas madereras y cultivo de cocales.
El autor es abogado
Columnas de JOSÉ LUIS BAPTISTA MORALES