Bravo, bravísimo y más todavía
No me queda sino aplaudir a la gente, a toda la gente, que ha despertado frente a una letra de una canción obviamente machista.
“Cara bonita” es machista y de eso no hay duda, pero también debemos ver que la historia está llena de canciones que denigran a la mujer e incluso que hacen gala de la violencia. Desde canciones tan horrorosas como “El preso número 9”, cantada por gente de maravilla como Joan Baez, hasta “Dalila”, interpretada por Tom Jones. Todas y muchas más, boleros demandando perdón por su crimen, “… saqué del ropero un arma de fuego y la acribillé”, haciendo gala del crimen pasional como respuesta a la traición, dizque, de la mujer mala.
Benjo Cruz cantó también algo que es muy molesto: “Había tenido su contenido, de abajito yo le he visto...”.
Pues es hora de decir basta a ese folklore y lanzar uno nuevo de igualdad y de derechos de la mujer, en igualdad de condiciones y en igualdad de representaciones, en breve de igualdad humana, salarios iguales por trabajos iguales, libertad de movimiento sin riesgo al abuso, etc.
El arte no es inocente. No se puede pretender que el arte sólo sea una representación inocente de la realidad. Es intrínsecamente ideológico.
No podemos decir que Los Kjarkas, con su “Borrachito”, estaban simplemente representando la alegría del borrachito en Cochabamba. Estaban haciendo una alegoría al alcohol, la inocencia del mismo como un hábito bien adquirido. Y las consecuencias del mismo son por demás sabidas: abandono de hogar, violencia doméstica, no sólo contra la mujer sino contra los hijos e hijas, derroche del dinero de la familia. Un largo etcétera es el que acompaña esto.
Ha llegado el momento y por eso el bravo a todos los que han dicho basta de justificar la violencia con la platita, como buen conductor de felicidades y la opresión de la mujer como norma de una sociedad que es machista y patriarcal.
La ley contra todo tipo de violencia y la ley contra el racismo son evidentemente un avance genial de una sociedad que quiere hacerse cargo de la defensa de la igualdad y el derecho humano de todas.
Aquí vale la pena incluir el piropo: es un abuso y listo. No se debe aceptar en ningún caso; no es bonito por más que sea un poema. Es violación de la libertad del movimiento y seguridad de la mujer por las calles que son públicas.
El lenguaje, la actitud, la vida misma debe ahora reflejar el respeto por la igualdad de los derechos de los seres humanos.
Columnas de CARLOS F. TORANZOS