Secretismo en el Censo 2022
Si bien es cierto que faltan seis meses para la realización del Censo de Población y Vivienda 2022, anunciado oficialmente para el 16 de noviembre, es notoria una falta de información y de transparencia en todo lo relativo a este importante proceso para el futuro de la población.
No hay, en concreto, acceso a la información sobre el proceso y el Instituto Nacional de Estadística (INE), que lleva a cabo esta consulta nacional, no tiene una adecuada política informativa y menos una estrategia comunicacional, lo cual ha rodeado al Censo 2022 de opacidad. Es decir, de falta de transparencia, en especial de las actividades precensales, cuando debería haber un flujo irrestricto de información, para que la población conozca a fondo este proceso de vital importancia y se integre a él.
El INE practica, en este caso, la cultura del secretismo y es lícito preguntarse qué es lo que se oculta al escrutinio público o qué es aquello sobre lo cual no se puede informar con transparencia a la ciudadanía.
¿Por qué, por ejemplo, no se ha informado sobre el contenido de la boleta censal? Los especialistas que ha consultado Los Tiempos han respondido al respecto que no puede haber grandes y radicales innovaciones o cambios con respecto a los cuestionarios de anteriores censos, al menos con relación a los más cercanos, de 2001 y de 2012.
La información que se recolecta, por lo general, está relacionada con la ubicación geográfica de la vivienda; sus principales características; la identificación de hogares: materialidad, disponibilidad de bienes y servicios; principales características del hogar; emigración internacional, mortalidad, listado de miembros del hogar, principales características de la persona, componentes, dinámica demográfica, estructura, fecundidad, ciudadanía, idiomas, salud, dificultades permanentes, características educacionales y características económicas, entre otros campos informativos.
El INE ha señalado que la boleta tiene un avance del 90 por ciento y que estará lista dentro de un mes, pero lo óptimo hubiera sido conocer su contenido para que, mediante un amplio y vigoroso debate, se formularan recomendaciones para incorporar las sugerencias de las regiones, porque de la información que se recoja depende la coparticipación tributaria o la representación política en el Legislativo.
En cuanto a la cartografía, que es esencial para definir la logística de ese día, el INE afirma que estará concluida en cuatro meses, pero tampoco se han difundido más detalles al respecto.
La desconfianza surge, sin embargo, por el excesivamente bajo perfil con el que se ha manejado hasta ahora el Censo 2022 y por las señales de su manipulación política, si se toma en cuenta, por ejemplo, la declaración de la ministra de Planificación, Gabriela Mendoza, quien dijo, para justificar que no se incluiría la categoría “mestizo” en la casilla de autoidentificación, que “nosotros somos pueblo indígena originario campesino”.
Es necesario que el Gobierno y el INE sean más transparentes con el Censo 2022 y recoger sugerencias importantes de las regiones y así eliminar la suspicacia en torno a la manipulación política, que no cabe en un proceso tan importante para el futuro de la población.