“Aportes” al MAS
No hay un día en que una noticia sobre los asuntos vinculados al poder no cause sorpresa y hasta estupefacción. Es el caso, ahora, de los “aportes voluntarios” de los empleados públicos al MAS, que se descuentan de los salarios de quienes trabajan en el sector público.
Según una estimación conservadora, informa Brújula Digital, los descuentos por planillas a los funcionarios suman Bs 51, 9 millones anuales.
Sin embargo, como resultado de la fractura interna del partido en función de gobierno y de sus peleas intestinas por el ejercicio del poder, en la actualidad esos millonarios montos mensuales de descuentos ya no son transferidos automáticamente a una cuenta del masismo, para que este partido los pueda disponer para sus tareas organizativas, pero sobre todo para sus gastos, que sin embargo nadie controla.
Se podrá argumentar que todos los partidos políticos han procedido de la misma forma, es decir, con el descuento a sus militantes que ejercen alguna función pública y que inclusive ese abuso está regulado en el estatuto masista, pero eso no quiere decir que el cobro de estos “aportes” sea ético y correcto.
Efectivamente, por increíble que parezca, el estatuto interno masista hasta establece una suerte de “tarifario” de estos descuentos, que son directamente proporcionales al monto que percibe el funcionario; el artículo 72 expresa que los militantes de ese partido que sean servidores públicos, trabajadores en instituciones públicas o bien autoridades electas y designadas deben aportar al MAS, de forma regular, los siguientes montos: el 1% de su sueldo quienes ganan hasta 10.000 bolivianos; el 2% quienes perciban entre 10.001 y 20.000 bolivianos; y el 3% quienes ganen más de 20.001 bolivianos.
Ahora que recrudece la pelea entre arcistas, en el poder, y evistas, en el llano, pero con deseos irrefrenables de volver al Palacio Quemado, esos jugosos ingresos han dejado de fluir, en la misma medida en que se enfrían las relaciones entre las dos facciones ahora enfrentadas a muerte. Al parecer, mientras más vitriólicos y tóxicos sean los ataques de los radicales o evistas al bloque del presidente Luis Arce, que además está acusado de impulsar su candidatura inclusive con otro partido, menos descuentos llegarán a manos de los masistas que respaldan al expresidente Evo Morales, deseoso de retornar al poder. Lo ha reconocido el vicepresidente de ese partido, Gerardo García: “Al menos, hasta ahora, no nos han hecho conocer y los aportes ya no existen. Entonces, debe ser, seguramente, instrucción de arriba, porque en las bases algunos nos han informado que ya han prohibido aportes”.
El fondo del asunto tiene que ver con la concepción masista del aparato público. Cada peguista, para el MAS, representa, en realidad, un monto de descuento para sus arcas. En consecuencia, ahora sabemos por qué el MAS ha creado un “ejército” de 500 mil empleados públicos.
Pero lo más aberrante es que un funcionario ya no es un servidor público ni se debe exclusivamente a la gente, sino un servidor partidario susceptible de ser exaccionado en beneficio de un partido político, el MAS. Y esto a vista y paciencia de autoridades y contribuyentes.