“Bailar con profundo pesar”
Nuestra capacidad de conciliar los conflictos –por más lamentables que sean sus consecuencias– con las fiestas es inobjetable. La fiesta del Gran Poder, en La Paz, y la Entrada Universitaria en Sucre, celebradas en circunstancias que nos afligen lo evidencian.
Ambos sucesos festivos tuvieron lugar ayer, pocos días después de las más álgidas, dramáticas y fatales jornadas que vivimos buena parte de los bolivianos como resultado de los bloqueos viales ejecutados por grupos evistas, y que aún no están del todo superados.
Lo más impactante de la semana que termina son las muertes –en incalificables circunstancias– de seis personas: en Llallagua, un policía por un balazo y dos camaradas suyos torturados hasta expirar, y un colegial, debido a los efectos de la golpiza que recibió de los violentos movilizados, y escondió hasta que fue demasiado tarde.
En Cochabamba, otro policía y un civil bloqueador. El primero, liquidado por la explosión de una carga de dinamita colocada “en su cavidad estomacal”, como lo informó el Viceministro de Régimen Interior; y el segundo “que de acuerdo al reporte preliminar ha perdido la vida por manipulación de un artefacto explosivo”, según declaró el Ministro de Gobierno.
Son también impactantes las pérdidas económicas provocadas por la obstrucción de carreteras: 504 millones de bolivianos en 12 días solo para los productores agropecuarios, según el Ministro de Desarrollo Rural y Tierras.
Para el consumidor, de varios departamentos, eso se traduce en un alza significativa de los precios de productos de consumo cotidiano, desde la carne de pollo o de res, hasta las verduras, pasando por el aceite comestible.
Y en ese contexto de duelo y carencias que afectan a buena parte del país, en La Paz, fue “inevitable la fiesta” del Gran Poder, lo admitió el alcalde de esa ciudad, un día después de pretender postergarla.
El rechazo a la iniciativa del alcalde paceño vino de la Asociación de Conjuntos Folklóricos de esa festividad.
Pero antes, el secretario de Culturas de la Alcaldía pronunció las palabras que sintetizan el espíritu de resiliencia y positividad que anima a cada boliviano:
“Vamos a bailar con profundo pesar, con sentimiento. Vamos a demostrar a Bolivia y al mundo que no somos un país en conflicto, somos un país que expresa cultura y quiere vivir en paz”.
El mismo impulso vital manifestaron los universitarios sucrenses que bailaron ayer en su entrada folclórica, a pesar de que por más de una semana su ciudad estuvo aislada del resto del país.