Reservas Internacionales: Defendiendo las joyas de la Awicha
En la semana que termina, en el panel macroeconómico del país han saltado las alarmas rojas. Las reservas internacionales (RI) del Banco Central de Bolivia están como dice un tango de Gardel: cuesta abajo en la rodada. A enero de 2023, estarían en torno a $us 3.800 millones siendo que solo 600 millones serían en divisas, el resto en oro. Los bomberos del Gobierno han salido a apagar los fuegos de las expectativas de los agentes económicos con chisguetes y matasuegras del Carnaval que se avecina. Según la nomenclatura del poder económico se tratará de un evento coyuntural. Nada de qué preocuparse, caras pálidas.
Vale la pena adoptar una mirada histórica de las RI y adoptar una visión cinematográfica sobre el tema. 1) Como resultado de la bonanza externa, que benefició a la economía boliviana a inicios del siglo XXI, a diciembre de 2014 este ahorro nacional alcanzó la friolera de $us 15.123 millones. En los callejones del poder, se decía que Tío Rico MacEvo se zambullía en las noches en una piscina de riqueza. Sin embargo, en el 2015, llegó la oscura noche de los precios bajos de las materias primas.
La economía boliviana sufrió un shock externo negativo y para evitar el colapso del aparato productivo se comenzaron a usar las RI, como dice el vals peruano, sin medida ni clemencia.
Entre 2014 y 2019, se usaron $us 8.656 millones de las RI. A diciembre de este fatídico año, las RI eran tan sólo de $us 6.467 millones. En cinco años, la gestión de Morales y el ministro de Economía, Arce, había gastado a una razón de $us 4,8 millones por día. Los gobiernos de Áñez y Arce siguieron haciendo uso de las RI. Gastaron o invirtieron $us 2.667 millones. Hagan las sumas y restas correspondientes y llegarán a los $us 3.800 millones de ahora, que está produciendo soponcio entre los jerarcas del régimen.
Por supuesto, la estrategia de defensa de la burocracia estatal fue: yo no fui, fue Teté. Bajó el precio del oro, no es mi culpa. Aumentó el subsidio a los hidrocarburos en $us 1,700 millones. Ay Tatito. Los hermanos y compañeros argentinos no pagan. ¿Y Che, qué pasó con la patria grande? La cooperación internacional es lenteja, no suelta los morlacos a la velocidad requerida. Como diría Silvana di Lorenzo: palabras, palabras, tan sólo palabras hay entre los dos.
2) Cubiertos de razón, las autoridades económicas adoptan una lectura audiovisual de las RI, que sostiene que no sólo hay que ver la foto, el stock de reservas, sino la película, el flujo de divisas que se avecinan. La cinta cinematográfica que anuncia es candidata a un Óscar. Se habla de un espectacular superávit comercial que viene de la lluvia de remesas de los bolivianos que viven en el exterior, de los mayores préstamos internacionales que se esperan y de una moderna y primorosa gestión de las RI que están en oro. Veamos cada uno de los capítulos de la serie que podría titularse: Salvando las joyas de oro de la awicha en medio del julepe.
La fe en el sector externo. En el año 2022, las exportaciones rompieron récord. Casi sobrepasaron los $us 13.000 millones e inclusive hubo superávit, pero extrañamente las RI cayeron. ¿Uta che, qué pasa pues? Calma, señor opinador, hombre de poca fe.
Ahora será diferente. Pero como dice San Cacho, lo que se ve se anota, fuera manos, trabaja vista. O como afirma Stevie Wonder: ver para creer. ¡Pésimo chiste del opinador!
Para que las remeses internacionales, que han subido a $us 1.300 millones, vayan a reforzar las RI, se lanzó la genial idea de un Bono para los parientes pobres que reciben platita de afuera. Mantienes tu capital en dólares, te pagan los intereses en bolivianos y si usas estas ganancias para consumo, la inflación se come más de la mitad de tu rendimiento.
Por este camino, seguramente, conseguirán algunos puchitos de los que ignoran intro a las finanzas personales.
Los préstamos que están en el pipeline de los organismos internacionales seguramente saldrán y ayudarán un poco. Aquí solo resta rezar a San Cristóbal, el santo de los trámites, para que se apuren.
El Gobierno también impulsa una Ley para la compra de oro en el mercado interno para recomponer reservas internacionales. Los vendedores locales (cooperativas y empresas chinas) no pagarán impuestos (IVA e IT) en estas transacciones. Este es el sector que exporta más de 2.600 millones de dólares y hasta el año pasado solo pagó $us 100 mil de impuestos. Ahora, su tasa tributaria es de 4,8%. Así se trata a los nuevos ricos en la Bolivia revolucionaria.
A ellos se les comprará el oro a precios competitivos y se les pagará en bolivianos para recomponer las RI. Pero es altamente probable que ésta sea una jugada al fósforo. Los cooperativistas y los chinos, con los bolivianos recibidos del Estado, saldrán a comprar dólares para adquirir insumos, como el mortal mercurio, o sacar su plata afuera. Así, no habrá cambio en el stock de las RI.
El proyecto de ley también abre el candado para realizar varias operaciones financieras con el oro, entre ellas su venta. La retórica detrás de esta necesidad es notable. Dotar al BCB de instrumentos modernos para la gestión de las RI. Fiu, fiu. Qué elegancia la de Francia, pero en cristiano, se abre la puerta para la venta de las joyas de la abuela, que en cuando se raspa la olla, puede afectar expectativas.
No hay la menor duda de que hay que preservar la estabilidad del tipo de cambio. Como sugerencia de cierre sería importante atraer parte de los $us 10.000 millones que están en el Colchón Bank de los bolivianos, un camino sería eliminar el impuesto a las transacciones financieras, ITF y remunerar los depósitos en dólares. Así juntamos más puchitos mientras encaramos con seriedad el tema fiscal, donde está la madre del cordero.
Como se puede concluir, la estrategia del Gobierno y mis sugerencias están centradas en la recomposición y uso de las RI. Pero es hora de hablar de cerrar el agujero negro que desde hace ocho años se come nuestras divisas. Es decir, racionalizar el déficit público.
Columnas de GONZALO CHÁVEZ Á.