La utilidad de la Ley del Oro
Las operaciones realizadas, entre mayo y agosto últimos, por el Banco Central de Bolivia (BCB) con las reservas de oro del Estado, además de evidenciar el propósito fundamental de esa ley, revelan que el fin publicitado para impulsar su aprobación está lejos de realizarse.
En efecto, esas operaciones —efectuadas en el marco de la vigencia de la Ley de Compra de Oro destinado al Fortalecimiento de las Reservas Internacionales, promulgada el 5 de mayo último y reglamentada un mes después— se tradujeron rápidamente en la conversión en dólares de 17 toneladas de oro de las reservas del Estado.
“Al 31 de agosto de los corrientes (...), El BCB convirtió 17 toneladas de oro en divisas (dólares) en los mercados financieros Internacionales, equivalente a un valor de $us 1.059,3 millones. Al respecto, se realizaron 57 operaciones de conversión de oro a divisas”, refiere el Informe de operaciones con las reservas de oro, Segundo cuatrimestre 2023, mayo – agosto, conocido recientemente.
Los fondos resultantes de la monetización de esas 17 toneladas de oro “se destinaron en su totalidad al Capital de Trabajo, que es el componente más líquido de las Reservas Internacionales y a partir del cual se procesan los pagos internacionales de Bolivia”.
El propósito de esas operaciones es, como indica el mencionado informe, “atender oportunamente el servicio de deuda externa y con los requerimientos de gastos fiscales y obligaciones internacionales (...), garantizando así la estabilidad económica del país y el nivel de precios”.
En otras palabras, el dinero obtenido de la “conversión” de ese oro en divisas sirvió para pagar los compromisos del Estado por concepto de deudas que tiene con agentes extranjeros.
Eso bien puede significar que sin esa monetización de las reservas de oro, Bolivia no habría tenido recursos para honrar sus compromisos ni para cubrir otros gastos de la administración pública.
En contrapartida de esas “57 operaciones de conversión de oro a divisas”, el BCB compró en el mercado interno “68 kilos de oro fino” y se “registró a 10 vendedores (...) que cumplen con la debida diligencia requerida” (las condiciones impuestas por la normativa vigente).
Esta segunda parte de lo que refiere el informe del BCB sobre sus operaciones con oro revela las dificultades, por decirlo de alguna manera, que tiene el ente emisor para cumplir con el primero de los objetivos de la Ley del Oro: “la compra de oro del mercado interno para el fortalecimiento de las Reservas Internacionales”.
Y ese fue el propósito en el que más insistió el Gobierno para conseguir la aprobación en la Asamblea Legislativa de su proyecto de Ley del Oro.