Nicole Quiroga: “Quiero ser una voz para las mujeres”
A sus 27 años, Nicole Quiroga Demeure realizó sus aspiraciones. Descubrió su pasión convirtiéndola en una carrera profesional, logró trabajar para reconocidas marcas internacionales, conocer a personas que admira y vivir en la ciudad de sus sueños; pero ella prefirió retornar a la llajta, su hogar, de la mano de su esposo, con el objetivo de trabajar por su ciudad.
Los Tiempos

Ha vivido en diferentes países desde sus 11 años. Dejar Bolivia no fue una decisión personal, pero está agradecida. Tras varias travesías, llegó a encontrarse con un compatriota y se enamoró. Desde entonces sueñan juntos y hoy uno de esos sueños se hace realidad.
Sus padres son Miguel Quiroga Menacho y Verónica Demeure, tiene un hermano, Adrián, y recientemente contrajo matrimonio con Manfred Reyes Villa Avilés. Junto a él, en estos últimos meses, ha estado participando activamente en varias actividades políticas, sin dejar de lado su trabajo, y confiesa que está entusiasmada por lo que viene. Uno de sus objetivos es ser una voz para todas las mujeres cochabambinas.
—Para empezar, cuéntanos sobre ti. ¿Cómo te defines?
—Me considero una persona sumamente empática, sencilla, independiente, linda, tierna, culta, inteligente y divertida. Y lo digo sin ningún afán de sonar como una persona creída, sino al contrario, me parece muy importante promover el amor propio. Uno tiene que conocerse, aceptarse y amarse tal y como es.
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—Estuviste muchos años viviendo en el exterior. ¿Cómo fue esa adaptación?
—Así es, yo me fui de mi llajta a mis 11 años a vivir a Qatar con mi familia, por el trabajo de mi papá. Fue un proceso de adaptación que al principio, tengo que admitir, no fue fácil, ya que es un país con una cultura muy distinta a la nuestra.
Poco a poco me fui adaptando y enamorando de la idea de aprender sobre diferentes culturas, tradiciones y maneras de pensar y ver la vida. Conocí a gente de todo el mundo, había más de 20 diferentes nacionalidades en mi curso y eso me abrió el mundo. Durante esos años viajamos muchísimo en familia, fueron años increíbles. La verdad, tengo mucho que agradecer.
Después de vivir cinco años en Qatar, me fui a terminar el colegio a Madrid, donde estuve un año conociendo Europa y enamorándome de la moda. Al terminar el colegio, decidí comenzar mis estudios universitarios en Estados Unidos.
—¿Fue allá donde te formaste profesionalmente?, ¿podrías contarnos sobre esa experiencia?
—Yo me independicé cuando empecé la universidad. Primero me fui a vivir a Austin, Texas y allí comencé el college (escuela superior), ya que en ese entonces no estaba muy segura de lo que quería estudiar y ejercer por el resto de mi vida. Después de vivir dos años en Austin, sola y aprendiendo mucho sobre mí misma, al fin descubrí lo que me apasionaba: la moda.
Para mí, la moda va mucho más allá de ropa. Es arte, es emoción y es una manera de expresarse; yo personalmente me visto como me siento. Fue entonces cuando tomé la decisión de irme a vivir a San Francisco, California y estudiar Fashion Merchandising & Marketing, que es básicamente el mercadeo y marketing de modas. Gracias a Dios, mis padres siempre me apoyaron e impulsaron a seguir mis sueños y me dieron el empujoncito que necesitaba para salir adelante.
Esos años en San Francisco fueron magia, me sentí realizada y disfruté al máximo mis estudios. Después de tres años, me gradué con honores y estaba lista para emprender viaje hacia Nueva York, la ciudad de mis sueños, y empezar mi vida laboral.
—En los últimos años trabajaste para reconocidas marcas como Calvin Klein, Victoria’s Secret o Carolina Herrera. ¿Qué estás haciendo actualmente?
—Desde pequeña siempre soñé con vivir en Nueva York. Veía todas esas películas que se filmaban ahí y me imaginaba viviendo ahí y trabajando para una gran casa de modas. Cuando ese sueño se volvió realidad, no lo podía creer. Me di cuenta de lo importante que es soñar, visualizar y ponerle fe y todo tu amor en lo que haces.
Buscar mi primer trabajo no fue fácil, me tomó cinco meses encontrarlo y me rechazaron un millón de veces, pero seguí intentando y creyendo en mí hasta que lo conseguí; en Carolina Herrera. Fue una experiencia maravillosa, pude realmente entrar y ser parte del mundo de la moda en la verdadera meca. Tuve la oportunidad de trabajar directamente con la señora Carolina Herrera y de verla todos los días en la oficina. Aprendí mucho trabajando con alguien a quien admiro tanto, y como ella siempre dice “la educación es el principal vestido para la fiesta de la vida”. Y así fue, fue mi mejor escuela.
Después de trabajar en Carolina Herrera pasé a Victoria’s Secret con un mejor puesto. Con más confianza y seguridad en mí misma, logré trabajar directamente en todo lo que fue el último desfile de modas de Victoria’s Secret, en 2019.
Simultáneamente comencé una maestría en Administración de Empresas con la idea de, en algún momento, emprender con algo propio. Al poco tiempo me ofrecieron un mejor trabajo en Calvin Klein y me pareció un buen momento para hacer la transición a una empresa más inclusiva y con mayor presencia internacional.
Actualmente estoy trabajando como gerente de marketing para Carter’s y OshKosh Bigosh. Debido a la pandemia, mi trabajo ahora es 100 por ciento remoto, lo que significa que puedo trabajar desde cualquier parte del mundo mientras tenga la computadora del trabajo e internet. Gracias a esto puedo vivir en Bolivia y enfocarme en otros proyectos importantes que tengo en mente.
—Vienes de una familia de pilotos y también te casaste con uno. ¿Fue quizá el gusto por volar lo que los unió?
—Así es, me crié rodeada de aviones, ya que vengo de una familia de generaciones de pilotos: mi abuelo era piloto, mi papá, mi hermano, mi tío, mi primo, mi sobrino; todos son pilotos, y bueno, ahora incluso ¡mi esposo es piloto! Él no sólo estudio Ingeniería Aeroespacial, sino que también sacó su licencia de piloto privado, o sea que ya se imaginarán las charlas extendidas de aviones cuando se junta la familia (ríe). Yo creo que sí, efectivamente fue una de las muchas cosas en común que tenemos que nos unieron.
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—Ambos son cochabambinos, pero se conocieron en Estados Unidos, ¿cómo se encuentran?
—Es una historia chistosa, ¡cómo dos cochabambinos se fueron a encontrar y a enamorar en Nueva York! Nosotros nos conocimos cuando yo todavía vivía en San Francisco y viajé con una amiga a pasar el fin de semana en Nueva York, fue justamente ella la que nos presentó. Era una amiga de la infancia de Manfred. Fue un encuentro casual y amigable, después de seis meses yo me fui a vivir a Nueva York permanentemente y ahí surge lo que para mí es la historia más bonita de amor.
Me acuerdo cuando le conté a mi mamá por primera vez que estaba saliendo con un cochabambino y ella no lo podía creer, ¡después de vivir en todas partes del mundo que vaya a terminar con un cochala! (ríe) Pero así fue. Creo que algo que nos unió desde un principio fue el compartir el mismo amor por nuestro país, por nuestra comida que tanto nos gusta, los valores de la familia, el idioma e incluso la educación. Creo que no hay como estar con alguien que viene del mismo lugar que tú ¡y sabe lo que es un buen silpancho! (ríe).
—¿Qué significa para ti volver a Cochabamba? ¿Qué extrañaste la llajta?
—Para mí, volver a la llajta es realmente volver a mi hogar y a mis raíces. Manfred y yo vivimos casi cuatro años en Nueva York antes de mudarnos de vuelta a Bolivia y es algo de lo que siempre hablábamos desde un principio. Soñábamos juntos pensando en algún día volver a Bolivia y hacer un cambio. Algo que los dos tenemos en común es una vocación de servicio, de ayudar a la gente y dejar una huella positiva en el mundo.
Después de 15 años de vivir fuera, hoy me siento extremadamente bendecida y agradecida de poder volver a mi país con muchos proyectos y herramientas para ayudar a mi gente.
—En ese sentido, ¿participas de manera activa en las iniciativas políticas de tu esposo?
—Bueno, para mí, el mundo de la política es un mundo nuevo. Esta temporada de campaña ha sido una de las mejores experiencias de mi vida. Una época de mucho aprendizaje y también una experiencia que me abrió mucho los ojos.
Yo estuve activamente presente en todos los proyectos, recorridos, caravanas y reuniones posibles. Salimos a todos los distritos, uno por uno, llevando alimentos, agua, barbijos, remedios entre muchas otras cosas; pero sobre todo llevando mucho amor y esperanza para todos los cochabambinos. Nosotros nos concentramos especialmente en las zonas más pobres de Cochabamba que han sido totalmente abandonadas. Fue realmente gratificante poder ayudar a tanta gente, pero también fue muy duro ver la realidad de muchas personas y familias.
Ver trabajar a toda mi familia unida, y en especial a mi esposo, es algo que me llena el pecho de orgullo y, bueno, viendo ahora los resultados es gratificante saber que todo nuestro esfuerzo y sacrificio valió la pena.
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—¿Cuál será tu prioridad, tras las elecciones, en este 2021? ¿Cómo concibes el rol de la mujer en la política?
—Considero que las mujeres debemos tener los mismos derechos, oportunidades y representación que los hombres en la política. Hoy en día, sigue existiendo una desigualdad grande en los cargos políticos y es algo que tiene que cambiar. La mujer toma muchos roles, sea directa o indirectamente, en la política y en la vida. Yo tengo como objetivo ser una voz para todas las mujeres cochabambinas, no sólo en la política, sino también en ámbitos de violencia contra la mujer, la lucha por la igualdad y contra el machismo; que lamentablemente hoy en día está muy presente en nuestro país.