DESDE LA TIERRA
Es lamentable que una institución concebida para la defensa del Estado sea utilizada para intereses personales, grupales y partidarios. Wilfredo Chávez confunde el rol de la Procuraduría General del Estado con sus experiencias de tramitador, con su apego a un líder (que tanto lo maltrató en el pasado) y con un partido político.
Es muy fácil terminar la invasión de Rusia a Ucrania, escribió hace poco un columnista europeo. Basta que Vladímir Putin ordene cesar la “operación especial” y miles de vidas podrían salvarse. El planeta podría retornar a una lenta recuperación económica y anímica. Los gobiernos del mundo entero podrían enfocar sus esfuerzos en reparar la salud pública tan golpeada por el virus que llegó desde China.
Qué distingue la narrativa de partidos políticos, agrupaciones ciudadanas, candidatos de oposición, plataformas y demás organizaciones que resisten al gobierno del MAS? Aparentemente, el discurso alternativo intenta cobijarse bajo el paraguas del respeto a la democracia y al Estado de derecho.
Hace una semana resumí apretadamente algunos ejemplos de la disposición de los ciudadanos bolivianos, sobre todo en los espacios urbanos, para resistir, combatir y derrotar iniciativas autoritarias, arbitrarias y/o con matices dictatoriales. La segunda parte de esa reflexión es relacionar esa capacidad de organización espontánea, mayormente pacífica y valiente, con los liderazgos políticos y sociales.
Existen espacios en la resistencia política del pueblo boliviano que ninguna violencia masista logra vencer. El primero es esa movida difusa pero activa y siempre presente que defino como “ciudadanía”; esa gente que sale una y otra vez a enfrentar los abusos. El segundo es el Comité Cívico de Santa Cruz, una de las pocas entidades que ha conseguido mantenerse unida en sus divergencias, mientras muchas otras sufren paralelismos oficiales o sumisiones clientelares.
Esta semana se reunieron en la capital argentina jefes de Estado y representantes de 33 países del continente en la Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe (Celac), en un contexto de deterioro general del Estado de Derecho, la gobernabilidad y la calidad de vida.
Cuando se fundó la Organización de Estados Americanos (OEA) como mecanismo continental pionero en el mundo, América era el refugio de miles de migrantes europeos y asiáticos. Parecía la reserva humana después del horror de las guerras mundiales.
Medea, cuyo rostro no conocemos, pero podemos imaginar en esculturas y cuadros, no era cantante ni bailarina. Era hechicera. Hace más de 2.500 años, un tragediógrafo griego difundió su historia. La leyenda, seguramente más antigua, fue primero voz y escritura con Eurípides. Ese detalle ha permitido que su historia pase de generación a generación.
El asalto a los edificios de los principales poderes públicos en Brasilia revela la profunda crisis del sistema democrático en el mundo, principalmente en el continente. Bandas entreveradas de militantes y delincuentes comunes destrozaron fachadas, ventanales y mobiliario en protesta por los resultados de las elecciones pasadas.
Luis Arce Catacora quedará en la historia como el presidente que trizó las instituciones republicanas y causó daños irreparables a la patria. Quebró vidrios que no podrán pegarse ni en las subsiguientes generaciones. Al mismo tiempo, en su falta de visión, se ha metido en un laberinto que lo ata de manos para lo que le queda de presidente.
Mientras gran cantidad de hogares cristianos encenderán velitas de colores y cantarán felices al Niñito Dios, los habitantes de Belén siguen asediados por Israel. La famosa aldea donde comenzó la Navidad vive bajo el hostigamiento permanente, como padece toda Cisjordania, Gaza y cada milímetro palestino.