Pequeños emprendedores
Aunque se los conoce como microempresarios y pequeñas y medianas empresas, en realidad son gigantes que día a día producen y aportan a crear empleos dignos para achicar las brechas sociales, por ello tienen una fecha especial en el calendario.
Cada 27 de junio, se celebra el Día de las Microempresas y las Pequeñas y Medianas Empresas, con el fin de reconocer su importancia en los objetivos del Desarrollo Sostenible. Además, se pretende resaltar la necesidad de facilitarles el acceso a créditos y financiamiento.
Los objetivos del Desarrollo Sostenible reconocen a esta actividad económica como esencial para luchar contra la pobreza y generar empleos dignos que contribuyan al desarrollo económico de los países. De ahí que estas iniciativas sean esenciales para reducir las brechas sociales, a través de iniciativas que permitan a los emprendedores avanzar. Sin embargo, requieren de la cooperación para acceder a fondos y créditos y así ampliar sus operaciones.
A diferencia de otros emprendimientos mayores, las pequeñas empresas suelen adecuarse mejor a las necesidades locales y elaboran productos acordes a los requerimientos de los consumidores. Si son exitosas, se constituyen en una fuente de empleo. Pero en época de crisis suelen ser las más golpeadas y condenadas al cierre.
Hoy en día estos emprendedores se enfrentan a escenarios complejos y cambiantes. Tampoco son ajenos a los cambios tecnológicos que les plantean nuevos retos. Además, configuran un nuevo espacio que les exige mayor innovación para satisfacer a los consumidores y una gran capacidad de adaptación.
En esta jornada, se destacan los datos publicados por el Consejo Internacional para la Pequeña Empresa. Según esta organización, este tipo de negocios tienen una incidencia fuerte en la economía, porque llegan a aportar hasta el 50% del Producto Interno Bruto (PIB) en el ámbito mundial. Por eso, su importancia en la economía cotidiana hace que se consoliden como un factor clave en la reducción de la pobreza en el mundo.
En Bolivia, las microempresas y pequeñas industrias tienden a generar trabajo para sectores vulnerables, como mujeres, jóvenes y madres que están a cargo de la crianza de sus hijos. Además, adaptan sus rutinas a los horarios y espacios del personal.
En gran medida, la supervivencia de estos emprendimientos económicos en las condiciones actuales depende de las políticas financieras que los ayuden a enfrentar momentos desafiantes y adversos, como la inflación, la falta de materia prima y el cambio de hábitos de los consumidores.
Las instituciones y los gobiernos están llamados a fomentar la actividad de las microempresas y pequeñas unidades comprendiendo que detrás están emprendedores que apuestan por producir en tiempos difíciles y, además, jóvenes y mujeres que cuentan con un medio de subsistencia digno.