Tengo Covid-19, ¿ahora qué?
Un virus ha afectado y paralizado a todo el mundo sin haber discriminado países, edades o géneros. Ha sembrado en común el miedo y la incertidumbre. Así como llegan las noticias de personas que fallecen y que recuperan, un día como cualquier otro, te enteras que esa afección te “tocó” a ti, lo que puede afectar de igual o peor manera a tu salud mental.
La psicóloga Raquel Melgar dice que es la primera vez en la historia que una enfermedad viene acompañada de tanta “información”. Explica que, si bien estamos en la era global y esto ha generado muchos beneficios, en este caso, el exceso de “conocimiento” y la forma del manejo de las noticias nos han puesto en una situación de “vulnerabilidad psicológica”, pues todos estamos en mayor o menor medida expuestos a contagiarnos del virus. “Si a ello le añadimos las situaciones personales y sociales, realmente se genera un caldo de cultivo que afecta a nuestro psiquismo, haciéndonos mucho más propensos a enfermar o si enfermamos, realmente sentirnos terriblemente mal, pues el estrés contribuye a que nuestro sistema inmunológico se debilite”, afirma.
La psicóloga clínica Lorene Congrains agrega que la pandemia llegó en un momento de la historia de la humanidad en el cual el mayor ideal y anhelo es la fortaleza, la salud y la longevidad. “La ciencia busca la receta para la eterna juventud y la medicina promete cosas que hace 50 años eran impensables. En medio de ese escenario irrumpió la Covid-19, que justamente nos enfrenta a la muerte, a nuestra propia finitud y fragilidad, lo cual para muchos puede ser bastante complicado de sobrellevar”, asevera.
Para referirse a lo que sucede cuando uno enferma, recuerda que el padre del psicoanálisis, Sigmund Freud, citó la siguiente frase de un poema: “En la cavidad de mi muela se encuentra mi alma toda”, que alude a que cuando alguien enferma, todo a su alrededor deja de cobrar importancia y todo se centra en su cuerpo enfermo.
Congrains subraya que no sólo se trata de la enfermedad, sino también del miedo en la sociedad, las medidas que deben tomarse, el aislamiento, el temor a contagiar a otros, el no poder ir a trabajar, el no poder ver a tus seres queridos, el que no haya espacio en los hospitales, el costo del tratamiento y el temor a morir. “Sin embargo, los efectos de haberse enfermado dependerán de la subjetividad de cada quién”, destaca y señala que la pregunta es ¿qué de la enfermedad que me tocó?, cuestionarse si fue la falta de dinero, el aislamiento, la reacción de los vecinos, el haber estado a punto de morir o la crisis matrimonial, entre otros factores.
“La Covid-19 no llegó sola, vino acompañada de crisis política, de cierre de negocios, de desempleo, de falta de oxígeno y de estigma social. A todos nos afecta, estemos enfermos o no, ¿pero de qué modo nos afecta?, eso tendrá mucho que ver con los recursos subjetivos que cada quien tenga para afrontarlo”, resalta.
Melgar acota que, en cuanto recibimos la “noticia” que confirma que somos portadores del virus, hay dos elementos que pueden mejorar o empeorar los síntomas. Indica que el primero es el sistema de apoyo con el que contamos. “Saber que no estoy solo puede ser un factor de protección; al igual que sentirme ‘solo’, aunque esté rodeado de personas que me quieren, pero a las cuales ‘no quiero preocupar’ se constituye en factor de riesgo”, comenta.
El segundo elemento que menciona es el grado de “culpa y miedo” que sentimos, que será explicado más adelante por ambas especialistas. Entonces, ¿qué hacemos desde la mente y las emociones para llevar mejor los síntomas? A continuación, Melgar y Congrains comparten algunos consejos.
CLAVES PARA ENFRENTAR LA ENFERMEDAD
- PREGÚNTATE QUÉ ASPECTO DE LA ENFERMEDAD TE AFECTA
“En mi práctica clínica, he escuchado a pacientes completamente sanos, pero con mucha angustia y sufrimiento de causas muy variadas. Todos somos absolutamente diferentes y no siempre reaccionamos de la misma manera. Para algunos puede tratarse de la crisis familiar que se produjo y para otros puede deberse al temor de morir”, relata Congrains.
- EVITA ENCONTRAR CULPABLES
Ambas expertas coinciden en ello. De acuerdo a Melgar, la “culpa y miedo” que sentimos pueden empeorar los síntomas. Especifica que preguntas como ¿qué hice mal?, (o culpar a alguien de la familia), ¿qué pude hacer diferente?, ¿cómo va a afectar esto a mi familia? u otras mucho más determinantes, como ¿y si muero?, generan mucha angustia. “Puede provocar que los síntomas se hagan mucho más difíciles de llevar y, por tanto, el dolor físico también refleja el dolor emocional que estas dos emociones suelen producir”, afirma.
Congrains recalca que mucha gente debe ir a trabajar porque si no lo hace sus familias no comen, quizás se contagió en su fuente laboral. Además de que varias personas se han enfermado a pesar de haber tomado todas las medidas de bioseguridad. También hay gente que, sin haberse cuidado demasiado, no le ha pasado absolutamente nada, agrega. “La Covid-19 tiene un aspecto real, azaroso y sin sentido. Buscar culpables o culparse puede tener efectos muy serios”, acota.
- LIMITA LA EXPOSICIÓN A NOTICIAS
Melgar aconseja buscar aquello que te apasiona como leer, escuchar música, ver tu serie favorita, armar un rompecabezas y si es necesario encontrar a alguien que pueda escucharte sin juzgarte y entonces pon en práctica el siguiente consejo…
- HABLA, HABLA Y HABLA
“Si no puedes hablar, escribe, dibuja, encuentra la manera de exteriorizar tus emociones, pues una emoción atendida, que se puede vivir sin culpa, por lo general tiende a transformarse. No podrá hacerlo, si la evitas buscando culpables o quejándote de tu ‘triste suerte’... Recuerda que las emociones están ahí para vivirlas”, resalta Melgar.
- BUSCA AYUDA
Congrains expone que muchas veces la familia también está asustada y no siempre reacciona de la mejor manera. “Si uno está enfermo, posiblemente le pasen cosas por la cabeza o sienta cosas que difícilmente un familiar entendería sin juzgar o sin preocuparse más”, señala. Indica que ahora muchos profesionales de la salud mental ofrecen servicios gratuitos y de manera virtual que pueden ser de gran ayuda. “Como dice la frase: ‘hablando las penas se olvidan’. No olvidemos que tenemos el recurso de nuestra propia palabra. El ser escuchado puede marcar un antes y un después”, acentúa.
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- CÉNTRATE EN EL AQUÍ Y EL AHORA
Melgar manifiesta que con una mente que está centrada en el aquí y el ahora, la posibilidad de enfrentar con mayor fortaleza los síntomas y los pensamientos asociados al coronavirus se incrementa exponencialmente. Comenta que existen muchos videos en varias plataformas digitales que puedes usar para concentrarte en tu presente, respirar conscientemente y a la vez permitir que tu organismo, que ha vivido con presencia de parásitos, (virus, bacterias y hongos) desde siempre, encuentre su propia homeostasis y la capacidad de combatir la infección generando la cantidad de anticuerpos adecuada.
- TEN EN CUENTA QUE LA ENFERMEDAD TIENE UN CURSO
“Tener presente la temporalidad y que en algún momento se volverá a la normalidad, puede producir alivio y disminuir la angustia que genera el hecho de estar enfermo”, asevera Congrains. Adiciona que si uno se infectó de Covid-19 debe recordar que no es la enfermedad, sino que la está atravesando por “X” tiempo. “No somos un cuerpo, tenemos un cuerpo y lamentablemente a ese cuerpo le pasan cosas, pero no nos reducimos a ello. La vida de todos, por muy enfermos que estemos, es mucho más amplia y rica”, enfatiza.
- “HIDRATA” TU MENTE
Los médicos aconsejan mantenerse hidratado, Melgar explica que también se puede llevar este consejo al plano mental y recomienda “hidratar tu mente”. ¿Cómo? Selecciona los pensamientos repetitivos que, como una banda sin fin, te llevan siempre a las mismas preguntas, los mismos “culpables”, las mismas emociones. “Revisa esos pensamientos y, como quién atiende a un niño pequeño que llora, sin juzgarlos. Simplemente date permiso de revisar cuál es la fuente de los mismos”, señala. Una vez identificado el origen, aconseja tomar la decisión de “no creer que un pensamiento es un hecho”, (aunque seas tú quién lo piensa).
De acuerdo a la especialista, preguntarte para qué te sirve este pensamiento en este momento y cómo te ayuda a estar mejor es una buena manera de contrarrestar el peso que nosotros mismos le damos a nuestros pensamientos; con ello, la emoción asociada tiende a disminuir. “Esto aporta una vitalidad similar a la que se produce en el cuerpo cuando lo hidratas, pues introduces la frescura de nuevas posibilidades”, asegura.
- SI TE ES POSIBLE, REALIZA ALGUNA ACTIVIDAD AL AIRE LIBRE
“El efecto del sol, el aire, la naturaleza (así sólo sea tu mascota o tus macetas) te llevarán a sentir con mayor intensidad la maravilla que se nos ofrece todos los días y que a veces estamos demasiado ocupados para ver”, enfatiza Melgar.
- AGRADECE
“Agradece por todo con cada célula de tu cuerpo. Agradece con tus ojos, con tu sonrisa, con tus manos. Al principio te puede resultar extraño, pero le estarás haciendo un gran favor a tu cuerpo, que está haciendo su mejor esfuerzo para superar también esta batalla. Agradece, perdona, ama…La vida tiene toda la eternidad de experiencia y está permitiéndote esta experiencia para llevarte a otro nivel”, reflexiona Melgar.