España fue la primera selección que supera el millar de pases en partido
Como si no hubiera rival en frente o se estuviera jugando frente a unos conos, así transcurrieron los 120 minutos de España frente a Rusia, con la sensación de que toda esa cantidad de pases que estaban sumando en cualquier momento fueran a tener un final feliz.
Pero no. 1.114 pases, 1.006 buenos, 108 malos y 90,31% de acierto ese fue el balance de España ante Rusia. Un balance sumado al 78,97% de posesión que tuvo a lo largo de todo el partido en teoría debería asegurar el triunfo. Pero no fue así.
Bate récord
Con esos números, la selección española batió un récord de dudoso mérito ya que a pesar de que ninguna otra selección había alcanzado esas cifras de combinación, el resultado no fue el satisfactorio ya que ese control y ese dominio no se tradujo en ocasiones de peligro.
La diferencia con los números de Rusia fue abismal. La selección anfitriona sólo realizó 290 pases, de los cuales fueron 191 buenos.
Resumen y goles
El resultado de tanto pase para España fue de 24 remates de los cuales nueve fueron a puerta. Las tres mejores marcas de pases en un partido en este Mundial pertenecen a España, 1.114 ante Rusia, 776 ante Irán y 759 ante Portugal.
La relación de pases por jugadores españoles ante Rusia ha sido: Sergio Ramos 184, Koke 155, Jordi Alba 148, Isco 147, Piqué 130, Busquets 85, Iniesta 50, Asensio 45, Carvajal y Nacho 40, Silva 33, De Gea 22, Iago Aspas 17, Diego Costa 15 y Rodrigo Moreno con 3.
Al término de los 90 minutos del partido Sergio Ramos ya batió el récord de pases de un jugador en un mismo encuentro de la Copa del Mundo desde 1.966 con un total de 141.
UN PREMIO AMARGO
La Real Federación Española de Fútbol organizó un vuelo para seguir en el estadio el partido de la Roja ayer ante Rusia, en lo que pretendía ser un partido de fiesta y terminó siendo el funeral mundialista del equipo de Fernando Hierro. En ese vuelo estaban familiares de los jugadores, entre ellos el campeón mundial brasileño en 1994 Mazinho y su hijo Rafinha, y otros invitados. A bordo estuvo Pelayo Novo, el jugador del Albacete que en marzo sufrió lesiones, o integrantes del Ciudad de Móstoles, ganadores del primer campeonato español de fútbol playa. Todos viajaron optimistas pero sin imaginar que iban a asistir al naufragio de su equipo ante una selección que es la número 70ª del mundo en el ranking FIFA, 60 puestos por debajo de España (10º).
LA MALDICIÓN DEL ANFITRIÓN CONTINÚA PARA LOS ESPAÑOLES
DPA
La maldición de España ante los anfitriones acumuló ayer un nuevo capítulo, después de que Rusia mandara a la Roja a casa al ganarle 4-3 en la definición por penales tras un empate 1-1 que dejó expuestos los problemas de definición del conjunto dirigido por Fernando Hierro.
Por más que era favorita ante Rusia, un dato estadístico disparaba las alarmas de España: la Roja nunca había podido vencer al anfitrión en un Mundial o una Eurocopa. Y ante Rusia no fue la excepción.
No fueron pocos los partidos. Con el encuentro de ayer, el seleccionado español se midió al conjunto local en 10 grandes torneos y nunca pudo celebrar. En muchos de ellos, como el que le midió a Italia en 1934 o a Corea del Sur en 2002, sufrió arbitrajes cuanto menos polémicos. Pero la sequía de victorias no deja de ser un dato tremendamente llamativo tratándose de una potencia futbolística como España.
La "maldición" se remonta a los orígenes del fútbol y el Mundial de 1934, cuando España cayó en cuartos ante Italia (1-9) en plena época del dictador Benito Mussolini.
EL ARQUERO DE GEA, EL SACO DE BOXEO DEL EQUIPO HISPANO
En una época en la que es más fácil subirse a una corriente de opinión creada por las redes sociales que en analizar los hechos por uno mismo, parece complicado quitar el sambenito al deportista o personaje público de turno por mucho que éste pueda hacer.
No ha sido el Mundial de España. No fue el Mundial de De Gea como tampoco lo fue el de Silva, Ramos, Piqué, Carvajal, Iniesta y así hasta los 17 futbolistas que jugaron más de un minuto con la camiseta de la selección española durante la Copa del Mundo.
Está claro que el portero del Manchester United no estuvo afortunado en el segundo gol de Cristiano Ronaldo del primer partido del Mundial, pero sólo falta que le acusen del hambre en el mundo. Se le ha echado en cara que se muestre con rostro serio sobre el campo, que en los penaltis se estirara a un lado o que en el partido contra Irán, por ejemplo, no parara un solo disparo cuando el conjunto persa no disparó entre los tres palos durante todo el partido.
Si a un portero no le disparan, es complicado parar. De eso no hay duda.