El papa Francisco no estará en el viacrucis de este Viernes Santo
El mundo en pedazos, los marginados del mundo y la economía que mata están en el centro de las meditaciones que el papa Francisco preparó para el viacrucis que tendrá lugar esta noche en el Coliseo. Será presidido por el cardenal vicario de Roma, Baldo Reina, delegado por el mismo pontífice.
Este es el tercer año consecutivo, salvo sorpresas de última hora, que el Papa, por motivos de salud, no puede presidir el rito, también porque se desarrolla al aire libre y por la tarde; Una condición difícil para un pontífice que, salvo su última hospitalización, siempre tuvo cierta fragilidad en las vías respiratorias.
El dolor por un mundo que necesita paz y a menudo no conoce la fraternidad es el hilo conductor de las oraciones preparadas por el Santo Padre para el Viernes Santo. Pero también hay espacio para una invocación a la unidad de la Iglesia "desgarrada" y al papel que tienen las mujeres en la historia cristiana. Antes del viacrucis , se celebró el rito de la Pasión en la Basílica de San Pedro, presidido por el cardenal Claudio Gugerotti, también delegado del papa Francisco. Asimismo estuvieron presentes en la ceremonia el vicepresidente estadounidense, JD Vance, su esposa Usha y sus tres hijos.
En un "mundo en pedazos" son necesarias "lágrimas sinceras" no "de circunstancia", escribe el Papa en los textos del viacrucis . Luego reitera, "Jesús, que pareces dormir en el mundo tempestuoso, llévanos a todos a la paz del sábado" y "habrá paz sobre tu pueblo y entre todas las naciones".
Es un texto muy espiritual e incluso la elección de los "Cirineos", portadores de la cruz de una estación a otra, recuerda la necesidad de un mundo más solidario y atento con los últimos. De hecho, también habrá personal sanitario, migrantes, personas con discapacidad y voluntarios que pasarán la cruz de mano en mano. En sus meditaciones, Francisco subraya además que "una economía en la que noventa y nueve vale más que uno es inhumana.
Sin embargo, hemos construido un mundo que funciona así, un mundo de cálculos y algoritmos, de lógica fría e intereses implacables".
"La ley de tu casa, la economía divina, es otra, Señor", añade el Papa, y recuerda repetidamente el tema de la esperanza, que quiso que estuviera en el centro de este Jubileo 2025. Por tanto, debemos rechazar una economía que "mata y descarta" y que considera a las personas como "números". Frente a la "obra del infierno" figura, en cambio, "la economía de Dios" que "no mata, no descarta, no aplasta".
Luego está "la necesidad de que alguien nos detenga, a veces, y ponga sobre nuestros hombros algún trozo de realidad que simplemente necesita ser cargado. Podemos trabajar todo el día, pero sin Ti nos perdemos". Y luego el Papa ruega a Dios que "detenga nuestra carrera", "cuando vamos por nuestro camino, sin mirar a nadie a la cara", "cuando las noticias no nos conmueven", "cuando las personas se convierten en números", "cuando nunca hay tiempo para escuchar".
El Papa, en su oración, pide luego a Dios ayuda para una "Iglesia desgarrada" y reitera su mensaje de inclusión para "todos, todos, todos".