La vigencia o la obsolescencia de las democracias contemporáneas
En América latina los estudios y las reflexiones del populismo, se iniciaron hace más de cincuenta años, sin embargo su resurgimiento de este complejo fenómeno político en este nuevo siglo, distan de los estudios del peronismo, aprismo, cardenismo y el de Bolivia de Paz Estenssoro entre otros, que a propósito dejaron de hablarse. En cambio los nuevos populismo de los que se habla en la actualidad hacen referencia al populismo y la democracia mostrando una amplitud de ambos fenómenos que de acuerdo a Egda Ortiz M. su análisis se centraría en: la importancia del pueblo en su concepción populista y el origen y evolución del populismo y la democracia en el marco de la constitución del Estado.
En la definición de los nuevos populismos, llamados también neopopulismos, no solamente el pueblo constituye un elemento central sino también el de liderazgo, líderes que reemplazaron a los políticos tradicionales, sin duda las características de estos liderazgos se desarrollan en base a la inclusión identitaria de grupos sociales por lo menos el caso de Bolivia. Sus importantes manifestaciones han modificado seriamente la visión política del país, es el caso de la democracia que demuestra una relación ambivalente, ya que por un lado se utiliza las elecciones de manera constitucional pero por otro lado desarrollan críticas duras a la institucionalidad democrática sin preservar el Estado de Derecho provocando el deterioro institucional, debilitando los dispositivos estabilizadores sobre todo los constituciones.
A pesar de los riesgos mencionados anteriormente es necesario también tomar en cuenta que el populismo no es “como un guante que puede ser usado por cualquier mano, o que es una forma que puede albergar cualquier contenido político desde el nazismo hasta el comunismo” (Roger Bartra ), por ello se debe distinguir a priori de lo que estamos hablando, sin confusiones entre el populismo y otros, ya que se corre el riesgo de descalificar todo movimiento que intente denunciar las desigualdades y las injusticias, ambas situaciones pueden deteriorar la legitimidad democrática que tanto costó alcanzar.
Docente, investigadora del CESU-UMSS
Columnas de MARÍA ESTHER POZO