Trump: Personificación de la crisis
El pacifista noruego Johan Galtung pronosticó que Estados Unidos entraría en decadencia desde el año 2018. Pese a tener casi completas las obras de Galtung, nunca me aboqué buscar en qué ensayo pronosticó tal cosa, para tratar de comprender el razonamiento que lo llevó a su predicción. El hecho es que los analistas estadounidenses están de acuerdo que, efectivamente, tal declive marcado de la potencia de Estados Unidos se inició en 2018.
Empero, como escribí en artículos anteriores, esta decadencia se inició antes, con el gobierno de John Kennedy. El proceso de decadencia de una gran potencia suele ser un fenómeno gradual. En el caso de Estados Unidos la decadencia económica se inició recién en la década de 1970, aunque la crisis, tanto a nivel de las expectativas económicas de las mayorías, como de las mismas finanzas de gobierno federal, recién se ha sentido fuerte en esta segunda década del siglo XXI.
Poco a poco, la convicción de que esto ha ocurrido así, se ha propagado entre los analistas, sólo que el pronóstico de Galtung se ha personificado en el gobierno de Trump. Es como si Donald Trump fuese la encarnación de una crisis que finalmente tenía que eclosionar, como un pollito rojizo como su cabello, saliendo de un cascarón de constricción económica. Para exponer la síntesis de este criterio, nada mejor que comentar sobre un artículo del columnista Matt Bai (“Trump, like Gorbachev, has lost faith in what his country stands for”), publicado en las noticias de Yahoo en internet. El planteamiento de Matt Bai es simple: que hay paralelismo entre el desmantelamiento de la Unión Soviética iniciado por Mikhail Gorbashov y el abandono de varias políticas tradicionales que está haciendo Trump.
En mi entender, Gorbashov abandonó la política dictatorial de su partido marxista quizá simplemente impulsado por la opinión pública de los pueblos soviéticos, hastiados de un mundo cerrado regido por una dogmática de catecismo. Empero, como se admite en Rusia, tuvieron la inocencia de creer que abandonando la fe marxista y haciendo apertura al capitalismo, se suspendería el antagonismo con las potencias capitalistas. Nada de eso; tras un interludio pacifista, que duró muy pocos años, las potencias occidentales volvieron a la carga para cercar a Rusia. Es una carga histórica que Napoleón transmitió a Hitler y éste retransmitió a las naciones británicas y al imperialismo americano.
El desmantelamiento de la Unión Soviética debía acompañarse de una drástica reducción del presupuesto militar de Estados Unidos; eso habría aliviado su déficit fiscal. Como antecedente y ejemplo para tomar la decisión de reducir el gasto militar, se tenía que el presupuesto militar agobió a la Unión Soviética desde que Hitler llegó al poder en 1933, sin interrumpirse en el resto del siglo XX.
Falla radical del artículo de Matt Bai es no analizar que en el trasfondo de Trump está la decadencia económica estadounidense, destacándose los siguientes factores en ese país: 1) El mantenimiento de un enorme déficit fiscal, con un presupuesto militar excesivo en tiempos de paz, producto de obsesiones imperialistas. 2) Un déficit financiero consecuencia de la desmedida importación de productos manufacturados del extremo oriente y de China en particular. 3) Consecuencia de esto último, el cierre de industrias y manufacturas, con el empobrecimiento de las mayorías. 4) La concentración de la riqueza en los sectores privilegiados, empobreciéndose paulatinamente la mayoría de la población. 5) Como la instrucción universitaria es privatizada, ésta es privilegio de los pudientes. 6) Consecuentemente, al mermar cuantitativamente la instrucción superior, el capital humano se descapitaliza.
El autor es escritor
Columnas de BERNARDO ELLEFSEN