El año 2020
Para nosotros, la llegada del año 2020 ha adquirido una relevancia especial. Nuestro país se ha liberado de un sistema de gobierno que por 14 años ha deformado nuestras instituciones y causado grandes perjuicios, además de una serie de otros delitos que ahora van a empezar a ser descubiertos. Como la juventud nacional ha sido el motor para el cambio político, abriga esperanza por grandes cambios y transformaciones que beneficien a todos en el país. Ya tenemos fecha para las nuevas elecciones y en modo figurativo se habla de que el futuro nacional comienza en 2020.
En el sector energético tenemos dos acontecimientos que capturan nuestras expectativas. En el exterior, los resultados de la Reunión Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP 25). En el país, se está negociando una nueva venta de gas a Brasil y todavía tenemos siete pozos en exploración.
La realización del COP 25 ha atravesado un proceso difícil. No obstante haber aceptado la realización de la reunión, el Gobierno brasileño se excusó en 2018 “por falta de fondos”. Chile tomó su lugar y se encargó de la organización, y también se excusó semanas antes de su realización. Finalmente, España se hizo cargo de la reunión.
La reunión no podía ser diferida o eliminada en el tiempo porque era importante que el programa de contención del deterioro climático del mundo tenga un punto de evaluación y de inicio de futuras actividades, conforme se acordó en el Acuerdo de París para reducir el uso de combustibles fósiles.
La reunión COP 25 se inició el 2 de diciembre en medio de los mejores augurios de éxito. Se vaticinaba que se podría avanzar en acciones concretas más allá de los discursos.
La conferencia fue inaugurada con intervenciones de Antonio Guterres, secretario general de la ONU; Hoesung Lee, presidente del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático; Carolina Schmidt, ministra del Medio Ambiente de Chile y presidenta de la COP25, y Pedro Sánchez, presidente del Gobierno de España. Asistieron cerca de 84 representantes de gobiernos y Estados, entre ellos los presidentes de Argentina, Austria, Costa Rica, Ecuador, Guatemala y República Dominicana.
La reunión era la 25ª sobre el Cambio Climático, además la 15ª del Protocolo de Kioto y la segunda de los países que conforman el Acuerdo de París.
Las reuniones y discusiones rápidamente se tornaron lentas y difíciles. Se evidenció que los países no habían cumplido sus compromisos de reducción de emisiones de gases contaminantes que crean el efecto invernadero. Además, el mundo científico indicó que el año 2019 será el más caliente, estimándose que los damnificados podrían llegar a 22 millones de personas.
Las discusiones se realizaron en un formato de diplomacia en conjunto, en la cual el texto de lo acordado debe sufrir la aprobación de todas y cada una de las partes participantes.
Lo anterior, sumado al retiro definitivo de EEUU del Acuerdo, dio lugar a una serie de discusiones y acusaciones mutuas entre los países asistentes. No se pudo llegar a un texto final de la reunión COP 25, que se prolongó hasta el 16 de diciembre.
La dificultosa terminación ha dejado un sabor agridulce a los asistentes y a la ONU. Su Secretario General mostró su gran decepción y declaró que se había perdido una oportunidad de oro para lograr avances positivos. Los expertos y estudiosos del tema manifiestan que la COP 25 ha sido un fracaso.
De todas maneras, a la Declaración de Madrid se la ha denominado Madrid de la Declaración a la Acción y se ha visto por conveniente el tener una nueva reunión en 2022 para verificar los compromisos de los países miembros del Acuerdo de París.
Para nosotros, 2020 está acompañando negociaciones con Brasil para la firma de un nuevo contrato de compra-venta de gas natural (GSA). Al presente se está en un periodo de ajuste de volúmenes supuestamente pagados pero no recogidos por Petrobras. Se indica que se realiza en los términos del contrato que ha fenecido en diciembre de 2019, con la excepción de las cláusulas que pueden ser utilizadas para multas o sanciones.
No se conoce públicamente el detalle de lo acordado, pero no deja de llamar la atención que un contrato take or pay, como el que terminó en 2019, tenga volúmenes pagados y no recogidos, más aún tomando en cuenta que hace un par de meses Petrobras multó a YPFB con 180 millones de dólares por no poder cumplir con los volúmenes acordados.
Internamente, el otro aire de esperanza que rodea 2020 está dado por el hecho de que tenemos siete pozos exploratorios en perforación: cuatro por YPFB y tres por las empresas contratistas que, por el tiempo que llevan, deberían estar concluidos en diferentes meses de este año.
La esperanza radica en que los resultados de estos pozos estén bajo las estadísticas mundiales de cinco negativos a uno positivo.
Finalmente, la realización de las elecciones el próximo mayo nos permite a todos esperar un manejo más responsable y transparente de la empresa estatal petrolera.
El autor es ingeniero petrolero y analista energético.
Columnas de CARLOS MIRANDA PACHECO